Contenido Exclusivo!!

Donald Trump y Xi Jinping sostienen conversación virtual del deshielo pragmático en las relaciones entre EE. UU. y China

Especial para los seguidores de codigopostalrd.net

El 24 de noviembre de 2025, el presidente estadounidense Donald Trump y el presidente chino Xi Jinping mantuvieron una conversación telefónica que Trump describió como “muy positiva” e indicativa de unas relaciones bilaterales “extremadamente sólidas”.

Esta fue la primera conversación directa desde su encuentro presencial el 30 de octubre de 2025 en Busan, Corea del Sur, durante la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

La conversación abordó temas como el comercio, la crisis del fentanilo, las exportaciones agrícolas estadounidenses (en particular, la soja), la guerra de Rusia en Ucrania y Taiwán.

Ambos líderes hicieron hincapié en mantener el impulso positivo de las conversaciones de Busan, donde acordaron una tregua comercial de un año que incluyó reducciones arancelarias estadounidenses sobre los productos chinos (de un promedio del 57 % al 47 %), la suspensión de los controles de exportación de tierras raras de China y la suspensión de ciertas tasas portuarias.

La llamada tuvo un efecto dominó inmediato y más amplio en las esferas económica, geopolítica y diplomática.

La conversación reforzó los compromisos de Busan, y Trump destacó el “progreso significativo” en productos agrícolas y las restricciones al fentanilo.

China se comprometió a reanudar las “compras inmediatas” de soja estadounidense, lo que beneficiaría a los agricultores estadounidenses en medio de los continuos retrasos en las exportaciones.

Esto se suma a la reducción a la mitad de los aranceles relacionados con los precursores del fentanilo, lo que podría aliviar la presión sobre la cadena de suministro para las industrias estadounidenses que dependen de insumos chinos.

Los mercados bursátiles estadounidenses reaccionaron positivamente, con el Nasdaq subiendo entre un 2,5% y un 2,7% en las operaciones de la tarde, impulsado por las ganancias de las acciones tecnológicas y de chips (por ejemplo, Nvidia).

Los analistas atribuyeron esto a la reducción del temor a una nueva escalada comercial, junto con las coberturas de posiciones cortas y el posicionamiento durante las festividades.

Índices más amplios, como el S&P 500, también avanzaron, lo que indica la confianza de los inversores en la desescalada. Sin embargo, los aranceles acumulados se mantienen elevados (cerca del 50%), lo que limita la recuperación total.

Xi reiteró que el “retorno de Taiwán a China” es parte integral del orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial, considerando la reunificación esencial para la estabilidad global e invocando las alianzas compartidas entre Estados Unidos y China durante la Segunda Guerra Mundial contra el fascismo.

Trump no abordó este tema públicamente, pero su énfasis subraya la presión de Pekín en medio de la venta de armas estadounidenses a Taiwán (por ejemplo, 330 millones de dólares para piezas de aviones de combate) y el despliegue de misiles de Japón cerca de la isla.

Esto podría agravar las fricciones regionales si no se realizan concesiones inmediatas por parte de Estados Unidos.

Los líderes abordaron la invasión rusa, y Xi instó a ambas partes a “reducir las diferencias y abordar las causas fundamentales” para lograr una resolución.

Trump ha mostrado previamente interés en acuerdos de paz rápidos, y este intercambio posiciona a China como un posible mediador, aunque los vínculos de Pekín con Moscú limitan su neutralidad. También se vincula con el llamado más amplio de Xi a respetar los resultados de la Segunda Guerra Mundial, vinculando indirectamente a Ucrania con las normas contra la agresión territorial

El discurso entusiasta de Trump contrastó con el tono más mesurado de Xi, quien enfatizó la “igualdad, el respeto y el beneficio mutuo”.

Esta diplomacia personal refleja las interacciones de su primer mandato, fomentando una “trayectoria firme y positiva” que podría facilitar los debates sobre la exportación de tecnología (por ejemplo, a la espera de la aprobación estadounidense de los chips de inteligencia artificial Nvidia H200 para China).

La llamada evita represalias comerciales inmediatas, lo que da un respiro a los exportadores estadounidenses y a los fabricantes chinos. También indica a los aliados (p. ej., la UE y Japón) que Washington prioriza la desescalada sobre la confrontación, lo que podría influir en las cadenas de suministro globales.

En cuanto al fentanilo, una mayor cooperación podría reducir las muertes por sobredosis en Estados Unidos (más de 100.000 al año), aunque la aplicación de la ley sigue siendo un desafío.

Las visitas de alto nivel planificadas —la de Trump a Pekín en abril de 2026 y la de Xi en una visita de Estado a Estados Unidos a finales de ese año— podrían dar lugar a un acuerdo comercial formalizado o a pactos tecnológicos. Sin embargo, el incumplimiento de las promesas (p. ej., el acceso a tierras raras) corre el riesgo de nuevos aranceles, como se vio en el primer mandato de Trump.

Geopolíticamente, podría envalentonar la narrativa china sobre Taiwán, lo que minaría la credibilidad de Estados Unidos en la región del Indopacífico.

A largo plazo, si bien estabiliza los lazos, la llamada pone de relieve las asimetrías persistentes: la influencia de EE. UU. en el comercio ha disminuido a medida que China diversifica sus socios (por ejemplo, a través de los BRICS).

Los analistas de Brookings observan un retorno al statu quo anterior con escasos avances en objetivos fundamentales de EE. UU., como las restricciones tecnológicas, lo que podría erosionar la disuasión en cuestiones como el robo de propiedad intelectual.

Las reacciones del público en X (anteriormente Twitter) fueron variadas: optimismo de los analistas del mercado, sarcasmo sobre la retórica diplomática y preocupación por Taiwán en los relatos geopolíticos.

La llamada representa un deshielo pragmático en las relaciones entre EE. UU. y China, priorizando los logros económicos (comercio, fentanilo) sobre los puntos álgidos (Taiwán, Ucrania) y evitando una espiral descendente tras Busan.

Valida el estilo negociador de Trump, generando beneficios tangibles para los agricultores y los mercados estadounidenses, a la vez que gana tiempo para la diplomacia. Sin embargo, esto pone de relieve tensiones no resueltas: la postura asertiva de Xi respecto a Taiwán no implica concesiones en materia de soberanía, y persisten problemas estructurales como la rivalidad tecnológica.

En general, se trata de un interludio estabilizador más que de un avance: la cooperación beneficia a ambos, pero la confrontación se avecina si se pierde impulso. Como señaló Xi, «la visión de que China y Estados Unidos se ayuden mutuamente para alcanzar el éxito… es una perspectiva tangible y al alcance», pero lograrla requiere superar profundas divisiones estratégicas

Latest

Newsletter

spot_img

Don't miss

spot_imgspot_img

Terminan conteo en Honduras, pero se espera el ganador oficial

Especial para los seguidores de codigopostalrd.net Antecedentes de las Elecciones Generales de Honduras de 2025Honduras celebró elecciones generales el 30 de noviembre de 2025 para...

DEJE SU RESPUESTA

Please enter your comment!
POr favor, entre su nombre