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Las elecciones generales en Honduras se celebraron el 30 de noviembre de 2025, eligiendo al presidente, a 128 miembros del Congreso Nacional y a 20 representantes al Parlamento Centroamericano (PARLACEN).
La contienda presidencial fue excepcionalmente reñida, marcada por fallas técnicas en el escrutinio de votos, acusaciones de fraude y una injerencia extranjera sin precedentes por parte del presidente estadounidense Donald Trump.

El Partido Libertad y Refundación (LIBRE) de la presidenta Xiomara Castro quedó en un distante tercer lugar, lo que indica el rechazo de los votantes a su gobierno de izquierda después de un mandato.


Al 4 de diciembre de 2025, con el 84,20% de los votos escrutados, no se había declarado un ganador y se estaba llevando a cabo un recuento manual debido a discrepancias.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha enfrentado repetidas interrupciones en su sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), con interrupciones del 50%, 57% y 80% durante el escrutinio. Una revisión manual está solucionando las inconsistencias.

Resultados Parlamentarios (Congreso Nacional)

Ningún partido obtuvo los 65 escaños necesarios para la mayoría, lo que probablemente obligó a la formación de coaliciones. Los resultados reflejan un giro a la derecha, con los partidos tradicionales ganando a costa de LIBRE:


El estrecho margen electoral y las interrupciones han intensificado las tensiones existentes, con efectos colaterales en la política, la economía y las relaciones exteriores:
Fallos técnicos alimentaron sospechas de manipulación, incluyendo audios filtrados (negados como falsificaciones de inteligencia artificial por el Partido Nacional) y llamados a una investigación de “golpe electoral” por parte de Castro.
Más de 4000 observadores internacionales observaron una jornada electoral tranquila, pero violencia preelectoral (6 homicidios, incluyendo 4 víctimas de LIBRE y un niño asesinado en un mitin).
Las declaraciones de victoria prematuras podrían generar protestas o batallas legales, lo que podría retrasar la investidura del 27 de enero de 2026.
El tercer puesto de LIBRE pone fin a su breve permanencia en el poder, revirtiendo los avances progresistas de 2021 en reformas sociales y esfuerzos anticorrupción. Una coalición nacional-liberal podría priorizar políticas favorables a las empresas, debilitando las protecciones laborales y ambientales.
Este “regreso de las élites tradicionales” subraya la frustración de los votantes con el gobierno de LIBRE en medio de los problemas económicos.
El respaldo tardío de Trump a Asfura (llamándolos “comunistas” a sus rivales), las acusaciones de fraude y la advertencia de “una gran deuda” si los resultados cambian han sido condenados como violaciones de la Carta de la OEA.
Su indulto al expresidente Juan Orlando Hernández (narcotraficante estadounidense convicto, liberado el 1 de diciembre) vincula la contienda con la narcopolítica.
Los posibles recortes a la ayuda (más de 100 millones de dólares anuales para seguridad y ONG) podrían exacerbar la pobreza, la violencia y la migración; Honduras ha sufrido 30 000 deportaciones estadounidenses desde enero de 2025.
Al ser uno de los países más pobres de América Latina, las interrupciones de la ayuda podrían paralizar las iniciativas antipandillas, la atención médica y la educación, impulsando la emigración y sobrecargando las fronteras estadounidenses. El apoyo de la derecha regional (por ejemplo, el argentino Javier Milei) amplificó el impulso conservador.
Las recientes discusiones en X ponen de relieve la incertidumbre actual, con usuarios compartiendo actualizaciones de Reuters sobre las interrupciones y la ventaja de Nasralla, junto con acusaciones de manipulación por parte de Estados Unidos mediante recuentos paralizados y narcotráfico.

