El certamen número 74 de Miss Universo se celebró el 21 de noviembre de 2025 (hora local de Tailandia; transmitido el 20 de noviembre en algunas regiones, como Estados Unidos), en el Impact Challenger Hall de Pak Kret, Nonthaburi, Tailandia.
Contó con más de 120 concursantes y Tailandia fue la sede por cuarta vez. El evento estuvo marcado por la tensión, incluyendo controversias previas al certamen, pero concluyó con la coronación de Fátima Bosch, de México, como Miss Universo 2025 por la reina saliente, Victoria Kjær Theilvig, de Dinamarca.
Resultados finales
Ganadora: Fátima Bosch (México) – El cuarto título de Miss Universo para México (tras Lupita Jones en 1991, Ximena Navarrete en 2010 y Andrea Meza en 2020).
Primera finalista: Miss Tailandia
Segunda finalista: Miss Venezuela
Otras concursantes destacadas en el Top 5 fueron representantes de Filipinas y Costa de Marfil.
Los resultados generaron controversia en las redes sociales: algunos fans alegaron parcialidad o manipulación, mientras que otros celebraron la resiliencia de Bosch.
Impactos y consecuencias clave
Miss Universo 2025 fue una de las ediciones más turbulentas de la historia reciente, intensificando el debate sobre el empoderamiento femenino, la integridad de los certámenes de belleza y la transparencia organizativa.
Impulso para Fátima Bosch y las narrativas feministas:
Bosch se convirtió en un símbolo mundial de resiliencia tras una confrontación previa al certamen que se viralizó. En ella, el director tailandés del certamen, Nawat Itsaragrisil, la reprendió públicamente (llamándola “tonta” por supuestamente no haber publicado artículos promocionales) durante una transmisión en vivo. Esto provocó que varias concursantes se retiraran en solidaridad.
El incidente le granjeó un enorme apoyo feminista, convirtiendo a Bosch en una de las favoritas del público. Su victoria se presentó como un triunfo sobre el maltrato, reforzando el mensaje de que las mujeres en 2025 no deben ser tratadas como “muñecas”, sino como personas empoderadas.
Tras su triunfo, se espera que Bosch (una joven de 25 años defensora de la moda sostenible, el apoyo a niños con cáncer y los derechos de los migrantes) utilice su plataforma para la defensa global de la seguridad de las mujeres, la migración y el medio ambiente.
Inestabilidad organizativa y pérdida de credibilidad: Varios escándalos ensombrecieron el evento: dimisiones de jueces (incluida la de Omar Harfouch, quien alegó una ganadora “predeterminada” y un jurado secreto “improvisado” con conflictos de interés), acusaciones de promover sitios de apuestas (lo que derivó en una investigación policial tailandesa), prohibición de maquilladores, acceso restringido a los medios de comunicación y la dimisión de la antigua propietaria, Anne Jakrajutatip, en medio de problemas de bancarrota.
Las disculpas públicas de los organizadores (incluida una emotiva de Nawat) y las negativas de la Organización Miss Universo (MUO) no lograron acallar las acusaciones de manipulación. Esto erosionó la confianza de los aficionados, con un clamor generalizado por mayor transparencia en las votaciones y la evaluación.
A pesar de la polémica, el certamen destacó por su inclusión: participantes debutantes de países como Palestina, Arabia Saudita y Mozambique; la permisividad con trajes de baño conservadores; y una nueva representante de “Miss Universo Latina” proveniente de un reality show de Telemundo.
Orgullo cultural y nacional: México: Celebración nacional que impulsó el turismo y el poder blando; la victoria de Bosch reforzó la sólida tradición mexicana en certámenes de belleza.
Tailandia: Como país anfitrión, obtuvo beneficios económicos gracias al turismo, pero enfrentó críticas por fallos organizativos, incluyendo la cancelación de una votación popular en medio de sospechas de manipulación de votos.
Otros países (por ejemplo, Filipinas y Venezuela) contaron con un fuerte apoyo del público, pero también con decepción por los resultados, lo que generó debates en línea.
Medios de comunicación y audiencia: Las controversias provocaron un revuelo sin precedentes en las redes sociales, lo que potencialmente aumentó la audiencia, pero también puso de manifiesto la evolución del certamen hacia el drama propio de la era de TikTok y los elementos de los reality shows.
Subrayó la evolución del papel de los certámenes de belleza: de concursos de belleza tradicionales a plataformas para la defensa de causas, aunque los críticos argumentaron que los escándalos desviaron la atención de los temas de empoderamiento.
Miss Universo 2025 será recordado como un capítulo redentor, aunque caótico, para la organización. La coronación de Fátima Bosch transformó una temporada de conflictos tras bambalinas en una inspiradora historia de superación, en consonancia con el impulso del certamen por el empoderamiento femenino en el contexto actual.
Sin embargo, los escándalos acumulados —desde humillaciones públicas hasta acusaciones de manipulación— pusieron de manifiesto profundos problemas de gobernanza e imparcialidad bajo la nueva administración y los cambios de liderazgo.
En definitiva, el evento reafirmó que Miss Universo sigue siendo una poderosa plataforma global para la diversidad y la defensa de los derechos, pero necesita urgentemente reformas en materia de transparencia y trato a las concursantes para mantener su relevancia ante la disminución de la audiencia tradicional.
El reinado de Bosch (con beneficios como una residencia en Nueva York, becas y patrocinios) comienza de inmediato, centrándose en la creación de “espacios seguros para las mujeres” en todo el mundo. La próxima edición en 2026 (75.º aniversario en Puerto Rico) podría enfrentar la presión de recuperar la confianza en la marca

