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La crisis en la BBC estalló el 10 de noviembre de 2025, cuando el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con demandar a la cadena por al menos mil millones de dólares (760 millones de libras esterlinas) debido a un fragmento editado en un documental de Panorama.
El programa, emitido poco antes de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024, insertó extractos del discurso que Trump pronunció el 6 de enero de 2021 en el Capitolio, dando la impresión de que había incitado directamente a los disturbios del Capitolio al repetir “luchar como demonios”.
Fundamentalmente, omitió sus llamamientos a sus seguidores para que marcharan “pacíficamente y con patriotismo”. El equipo legal de Trump acusó a la BBC de difamación, “un daño reputacional y financiero abrumador” e interferencia electoral, exigiendo una retractación, una disculpa y una compensación antes de las 17:00 (hora del este) del 14 de noviembre de 2025. Este incidente ha sumido a la BBC en el caos, exacerbando los debates en curso sobre su financiación e imparcialidad.
La amenaza ha causado un daño inmediato a la reputación y las operaciones de la BBC, intensificando la percepción de fallos editoriales y su vulnerabilidad ante presiones externas:
El error de edición ha alimentado acusaciones de parcialidad, y el equipo de Trump lo ha calificado de “falso y difamatorio” según la ley de Florida.
El presidente de la BBC, Samir Shah, se disculpó públicamente por el “error de juicio”, admitiendo que dio la impresión errónea de una incitación directa a la violencia.
Esto ha erosionado la confianza pública, especialmente tras la filtración de un informe interno que destaca problemas de cobertura más amplios.
En X (antes Twitter), las reacciones están polarizadas, ya que los usuarios pro-Trump celebraron la amenaza como un golpe a las “noticias falsas”, con una publicación que obtuvo más de 5000 visualizaciones y que pedía el “fin” de la “Corporación Británica de la Mentira”.
El sentimiento anti-BBC se ha disparado, y algunos contribuyentes amenazan con cancelar sus pagos si se ofrece alguna compensación.
La crisis ha paralizado la emisión de episodios de Panorama y ha motivado una revisión interna. Coincide con los desafíos existenciales de la BBC, incluyendo una revisión gubernamental de su modelo de canon y los preparativos para la renovación de su Carta Real en 2027, donde se examinará minuciosamente su imparcialidad.
Como parte de la ofensiva global de Trump contra los medios de comunicación —tras acuerdos extrajudiciales por valor de 80 millones de dólares con cadenas estadounidenses como ABC y CBS— esta amenaza señala una creciente intimidación legal contra los críticos internacionales, lo que podría disuadir la cobertura crítica de su administración.
Las consecuencias han sido rápidas y multifacéticas, afectando al liderazgo, las finanzas y la política:
El director general saliente, Tim Davie, y la directora ejecutiva de BBC News, Deborah Turness, dimitieron, citando el escándalo como un factor clave.
Davie describió la edición como una “infracción editorial”, pero instó al personal a “luchar por nuestro periodismo”, expresando orgullo por el trabajo de la BBC a pesar de “los errores que nos han perjudicado”.
Shah aceptó la responsabilidad, pero rechazó las acusaciones de parcialidad institucional, enfatizando la cultura de imparcialidad de la BBC.
No se ha pagado ninguna compensación, y la BBC planea responder “directamente a su debido tiempo”. Los expertos legales desestiman la cifra de mil millones de dólares como “totalmente insignificante”, señalando el historial negativo de Trump en demandas por difamación y los obstáculos jurisdiccionales (el programa ni siquiera estaba disponible en Estados Unidos).
Sin embargo, los costos de defensa podrían afectar el presupuesto anual de la BBC, de 5700 millones de libras esterlinas, que ya se encuentra bajo presión debido a la congelación de las tarifas de licencia.
Los diputados británicos tienen previsto cuestionar la crisis en la Cámara de los Comunes el 12 de noviembre de 2025. El exsecretario de Cultura, John Whittingdale, pidió la creación de un Comité de Normas Editoriales más estricto, con miembros externos.
La oficina del primer ministro Keir Starmer reconoció los errores, pero reafirmó el apoyo del gobierno a los altos estándares de la BBC. La reacción pública incluye amenazas de boicot, mientras que en las discusiones en redes sociales se observa un espíritu de desafío, con usuarios que instan a la BBC a no ceder ante Trump.
Esta crisis subraya la precaria posición de la BBC como entidad financiada con fondos públicos que debe lidiar con la política global y la litigiosa estrategia mediática de Trump, pero también pone de relieve la resiliencia del periodismo británico.
A corto plazo, es improbable que la BBC cumpla íntegramente con el plazo impuesto por Trump; los expertos prevén una defensa sólida o una disculpa parcial para mitigar los costes, evitando así un precedente de indemnizaciones que podrían ascender a decenas de millones solo en honorarios legales.
A largo plazo, acelera las reformas: se esperan protocolos de edición más estrictos y una supervisión externa para reforzar la candidatura a la Carta de 2027, lo que podría reconfigurar la financiación para despenalizar la evasión del canon televisivo.
En última instancia, este episodio expone la táctica de Trump de utilizar amenazas exageradas para obtener concesiones, como se ha visto en acuerdos previos con Estados Unidos cuyos fondos se canalizaron a su biblioteca presidencial.
Para la BBC, se trata de una llamada de atención, según Davie: un golpe doloroso pero superable que refuerza su papel como baluarte contra las presiones autoritarias, siempre que emerja con una mayor rendición de cuentas. A fecha de 11 de noviembre de 2025, la situación sigue siendo cambiante, con el plazo límite del viernes cada vez más cerca.

