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Santiago Matías, conocido como Alofoke, es un destacado empresario de medios, presentador de radio y productor dominicano.
Fundó Alofoke Media Group, que ha revolucionado la cobertura de la música urbana y el contenido digital en República Dominicana (RD).
A través de iniciativas como el programa de radio Alofoke y el reality La Casa de Alofoke (que recientemente estableció un récord mundial Guinness por la transmisión en vivo continua más larga en YouTube), Matías ha logrado una gran cantidad de seguidores entre los jóvenes dominicanos, combinando entretenimiento, entrevistas a celebridades y comentarios sociales.
Su plataforma llega a millones de personas, presentando a menudo a figuras destacadas de la música (como Bad Bunny y Anuel AA) y la política (como expresidentes y vicepresidentes).
El 28 de noviembre de 2025, durante la final de La Casa de Alofoke 2, un evento en vivo que atrajo gran atención nacional, Matías acaparó titulares al declarar su intención de desempeñar un papel clave en las elecciones presidenciales de RD de 2028.
Se comparó explícitamente con Elon Musk, afirmando: “A lo mejor no como candidato, pero sí como Elon Musk en Estados Unidos, que creía en candidatos reales, o los menos malos, y los apoyaba”.

Hizo hincapié en guiar a la juventud dominicana hacia la “sinceridad” en la política, criticando la corrupción sistémica y los intereses creados que descarrilan el cambio genuino.
Matías afirmó con audacia que su influencia sería decisiva: “Yo jugaré un papel fundamental en el año 2028… hasta el punto de que, aunque se escuche arrogante, con este dedo, es que se escogería el próximo presidente de la República”.
Se comprometió a ser un factor decisivo: “Yo voy a estar ahí: este sí, este no, este sí, este no”.
Esta declaración, pronunciada en medio del éxito rotundo del programa (que incluye el apoyo del presidente Luis Abinader y reconocimiento internacional), marca un giro audaz del entretenimiento a la influencia política.
La declaración de Matías ya ha generado un gran revuelo, aprovechando el alcance de su plataforma (Alofoke FM y sus canales de YouTube acumulan millones de visualizaciones) para intensificar el debate sobre la desvinculación política de los jóvenes. Entre los principales impactos se incluyen:
La declaración dominó los titulares dominicanos del 28 al 29 de noviembre de 2025, con medios como De Último Minuto presentándola como una “promesa para guiar a la juventud y definir el rumbo político de 2028”.
Las reacciones en redes sociales resaltan su atractivo polémico: sus admiradores elogian su historia de la pobreza a la riqueza y su estilo sin filtros (por ejemplo, un usuario X lo llamó un “joven visionario” que “monetiza el odio y el amor por igual”), mientras que los críticos se burlan de su “arrogancia”.
Esto ha impulsado la visibilidad de La Casa de Alofoke, lo que podría convertir las secuelas en un trampolín político. Movilización Juvenil: A sus 38 años, Matías conecta con los millennials y la Generación Z (más del 60% de la población de República Dominicana menor de 30 años), quienes a menudo perciben la política como corrupta y elitista.
Su analogía con Musk, que evoca innovación y un espíritu antisistema, podría inspirar la participación electoral, especialmente entre los grupos urbanos amantes de la música.
Las primeras conversaciones sobre la Generación X muestran entusiasmo por su apuesta por la “sinceridad”, lo que refleja la influencia de Musk en los jóvenes votantes estadounidenses.
Al mencionar a Musk, Matías se conecta con las narrativas globales de multimillonarios disruptivos (por ejemplo, el apoyo de Musk a figuras como Javier Milei en Argentina). En República Dominicana, esto lo posiciona como una voz fresca frente a partidos tradicionales como el PLD y el PRM, que dominan el mercado pero se enfrentan a la apatía de la juventud.
Si bien empodera, la decisión de Matías conlleva riesgos en el volátil panorama político de República Dominicana, donde las figuras de los medios a menudo chocan con las estructuras de poder. Posibles resultados:
Al igual que los comités de acción política (PAC) de Musk en las elecciones estadounidenses, Matías podría conseguir donantes y votantes para candidatos “sinceros”, fragmentando las lealtades partidarias y promoviendo a candidatos externos. Su imperio mediático (radio, televisión, streaming) le brinda un acceso inigualable para amplificar las campañas.
Fomentar la orientación a los jóvenes podría fomentar el activismo digital, de forma similar a cómo la plataforma X de Musk moldea el discurso. En República Dominicana, esto podría conducir a iniciativas anticorrupción o campañas de captación de votantes lideradas por jóvenes, abordando la baja participación electoral (históricamente alrededor del 70%, pero con un sesgo hacia la población de mayor edad).
El éxito podría atraer a inversores estadounidenses y latinoamericanos a las empresas Alofoke, que combinan el entretenimiento con la consultoría política.
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Los políticos establecidos podrían verlo como una amenaza, lo que daría lugar a campañas de desprestigio o a obstáculos regulatorios (por ejemplo, un escrutinio similar al de la FCC en Alofoke FM). Su tono “arrogante” podría alienar a los moderados.
El estilo sin censura de Matías (por ejemplo, disputas pasadas con famosos) podría provocar ataques personales o faltas éticas, erosionando la credibilidad. Si las recomendaciones fracasan, podría desilusionar aún más a los jóvenes.
Imitar las disputas globales de Musk (por ejemplo, con Maduro en Venezuela) podría arrastrar a Matías a conflictos innecesarios, desviando la atención de su núcleo mediático. Legalmente, influir en las elecciones sin una candidatura formal podría eludir la normativa de financiación de campañas.
La autoproclamación de Santiago Matías como el “Elon Musk de la República Dominicana” es una apuesta arriesgada que podría redefinir el compromiso político en una nación hastiada de la política dinástica.
Al aprovechar su influencia en el mundo del entretenimiento, tiene el potencial de inyectar sinceridad e innovación en la contienda de 2028, empoderando a una juventud desilusionada para que exija un cambio real, de forma similar a las intervenciones tecnológicas de Musk en el discurso estadounidense.
Sin embargo, el éxito depende de la ejecución: traducir palabras audaces en apoyos, movilización de votantes y una gestión ética en medio de las reacciones negativas.
En última instancia, esto podría catalizar un “efecto Matías” —una ola impulsada por la juventud que prioriza la transparencia sobre la tradición— o desvanecerse en la arrogancia si las promesas excesivas se ven limitadas.
En una República Dominicana que enfrenta presiones económicas y desafíos migratorios, figuras como Matías resaltan una tendencia latinoamericana más amplia: los magnates de los medios como agentes de poder no oficiales.
Estén atentos a sus próximos movimientos. Si La Casa de Alofoke 3 incorpora debates políticos, podría marcar el comienzo de una nueva era. Por ahora, es un recordatorio de que en política, como en los realities, la audacia suele triunfar sobre la sutileza.

