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La presentación de credenciales de Leah Francis Campos al presidente dominicano Luis Abinader el 19 de noviembre de 2025 activó formalmente su cargo como Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria de los Estados Unidos ante la República Dominicana.
Este evento puso fin a una vacante de casi cinco años en el puesto (desde la salida de la Embajadora Robin Bernstein a principios de 2021), durante la cual la Embajada de los Estados Unidos operó bajo la dirección de varios encargados de negocios.
Esto señala un renovado compromiso de alto nivel por parte del segundo gobierno de Trump con las relaciones bilaterales con la República Dominicana, uno de los socios más cercanos de los Estados Unidos en el Caribe.
Campos, exoficial de operaciones de la CIA con más de una década de experiencia en inteligencia, asesora del Congreso en asuntos del Hemisferio Occidental (incluyendo directora de personal del Subcomité del Hemisferio Occidental) y hispanohablante fluida, de ascendencia hispana, aporta una sólida experiencia en seguridad nacional y asuntos regionales.
Sus vínculos familiares (es hermana de la presentadora de Fox News Rachel Campos-Duffy y cuñada del secretario de Transporte Sean Duffy) refuerzan su alineación con las prioridades conservadoras de la administración
Aumento inmediato de las facultades de la embajadora → Ahora puede representar oficialmente al gobierno de EE. UU., firmar acuerdos y participar al más alto nivel sin las limitaciones propias de un encargado de negocios.
El gobierno y los medios de comunicación dominicanos han interpretado el nombramiento y la acreditación como una muestra de respeto y prioridad por parte de Washington, especialmente después de que la administración Biden no confirmara a ningún embajador a pesar de dos nominaciones.
Principales prioridades de la agenda → Es probable que se intensifique la cooperación en temas clave compartidos, entre ellos:
Seguridad fronteriza y gestión migratoria con respecto a Haití (una prioridad máxima para la República Dominicana).
Contrarrestar la influencia china y otras influencias externas en el hemisferio.
Deportaciones de migrantes indocumentados y delincuentes.
Comercio, inversión y turismo (EE. UU. es el principal socio comercial de la República Dominicana y fuente de turistas y remesas).
Alineación con los objetivos de la administración Trump. La trayectoria de Campos sugiere una postura más firme en materia de seguridad regional, posturas anticomunistas (por ejemplo, contrarrestar la influencia cubana/venezolana) y políticas económicas de “Estados Unidos Primero”.
Esto podría traducirse en un mayor apoyo estadounidense a la firme política del presidente Abinader hacia Haití (deportaciones masivas, muro fronterizo) y una posible presión en temas como el cumplimiento del CAFTA-DR o los esfuerzos anticorrupción.
Mecanismos bilaterales fortalecidos. Se prevén visitas de alto nivel más frecuentes, una mayor cooperación policial (DEA, FBI, DHS) y posibles nuevas iniciativas en materia de seguridad energética o la relocalización de las cadenas de suministro fuera de China.
El rápido nombramiento (nominado en diciembre de 2024, confirmado en octubre de 2025, acreditado en noviembre de 2025) contrasta con las demoras en otros cargos e indica que la República Dominicana es un aliado prioritario en el Caribe, lo que podría fomentar un trato similar para aliados como El Salvador o Guatemala.
La presentación de credenciales marca un claro restablecimiento y fortalecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y la República Dominicana bajo la segunda administración Trump, subsanando una brecha diplomática que persistía desde el mandato anterior de Trump.
Con la experiencia de Campos en inteligencia y el Congreso, es probable que la embajada adopte una postura más firme y centrada en la seguridad, priorizando el control migratorio, la lucha contra la influencia adversaria y la prosperidad económica, al tiempo que mantiene los tradicionales vínculos comerciales y entre los pueblos.
Para la República Dominicana, esto representa un triunfo diplomático para el presidente Abinader, que refuerza la estrecha alineación de su administración con las políticas conservadoras estadounidenses y proporciona un canal directo de alto nivel en Washington en un momento de continua inestabilidad en Haití y desafíos regionales.
En general, el evento subraya la importancia estratégica de la República Dominicana para los intereses estadounidenses en la cuenca del Caribe y anuncia un período de cooperación más profunda y coherente desde el punto de vista ideológico.

