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Hoy, domingo 2 de noviembre de 2025, la región del Caribe experimenta una mezcla de condiciones meteorológicas influenciadas por el final de la temporada de huracanes del Atlántico.
Una depresión tropical debilitada (anteriormente la tormenta tropical Oscar, que tocó tierra en Cuba ayer) está provocando lluvias intensas y vientos fuertes en el Caribe occidental, afectando particularmente a Cuba, Jamaica, las Islas Caimán y partes de La Española (Haití y República Dominicana).
Mientras tanto, en el Caribe oriental (por ejemplo, Puerto Rico, las Islas Vírgenes de los Estados Unidos y las Antillas Menores) se observa un cielo mayormente parcialmente nublado con chubascos aislados y temperaturas de entre 29 y 30 °C (85 °F), bajo la influencia de un amplio sistema de alta presión.
En zonas centrales como las Bahamas y las Islas Turcas y Caicos se registran intervalos soleados con vientos alisios moderados de entre 24 y 32 km/h (15-20 mph).
No hay ningún ciclón tropical importante activo, pero la humedad proveniente de la depresión está generando tormentas eléctricas dispersas en toda la región.
Los niveles de humedad son elevados (70-90%) y la temperatura de la superficie del mar se mantiene cálida, entre 28 y 30 °C, lo que mantiene la atmósfera inestable
En general, los impactos son moderados y de corta duración en comparación con los eventos típicos de temporada alta, sin que se requieran evacuaciones masivas
Corto plazo (próximas 24-72 horas): Persiste el riesgo de inundaciones en las zonas bajas de Cuba y Haití, lo que podría provocar brotes de enfermedades transmitidas por el agua si los sistemas de saneamiento se saturan.
Las interrupciones en los viajes podrían costar a las aerolíneas y hoteles entre 5 y 10 millones de dólares en toda la región. Dato positivo: Las lluvias mitigan la sequía en el interior de Jamaica, lo que contribuye a la recuperación de los embalses.
Mediano plazo (1-2 semanas): Los esfuerzos de recuperación se centrarán en la reparación de la infraestructura, con el apoyo de la ayuda internacional (por ejemplo, de USAID) a Haití.
Se espera una recuperación del turismo para mediados de noviembre, pero las reclamaciones de seguros por daños a la propiedad podrían aumentar un 15 %. Desde el punto de vista ambiental, la escorrentía de nutrientes de las inundaciones podría provocar floraciones de algas temporales en las aguas costeras.
Largo plazo: Este evento pone de manifiesto la vulnerabilidad del Caribe ante los sistemas de finales de temporada, incluso cuando estos se debilitan.
Podría acelerar las inversiones en infraestructura resiliente, como las barreras contra inundaciones de Haití, financiadas con recientes subvenciones para la adaptación climática.
No se observa un cambio significativo en los patrones climáticos regionales, pero sí resalta la necesidad de mejorar los sistemas de alerta temprana ante el aumento de la temperatura del mar.
El clima de hoy representa un evento típico de “molestia” para el Caribe: perturbador, pero no catastrófico, y marca un cierre más tranquilo de la temporada de huracanes de 2025 (que registró 14 tormentas con nombre, por debajo del promedio).
Las inundaciones localizadas en el oeste plantean desafíos humanitarios en zonas ya vulnerables como Haití, pero la rápida disipación de la depresión minimiza las amenazas a mayor escala.
Mensaje clave: Las medidas proactivas, como las aplicaciones de alerta comunitaria y las viviendas elevadas, han mitigado peores consecuencias, salvando vidas y reduciendo el impacto económico.
Residentes y visitantes deben mantenerse al tanto de las actualizaciones del Centro Nacional de Huracanes, mantenerse hidratados debido a la humedad y prepararse para posibles lluvias residuales.
Para la región, es un recordatorio de la importancia de fortalecer la resiliencia, ya que el calentamiento global intensifica esta variabilidad climática. Si viaja, las islas del este ofrecen hoy los destinos más seguros y soleados

