Tras haber aparecido en “Nikita” y “1492: La conquista del paraíso”, el actor también realizó varias apariciones en “Kaamelott” en la década de 2000. Falleció a causa del cáncer.
Conocido por sus papeles en Nikita, La Balance, Bleu comme l’enfer, Un long dimanche de fiançailles, para el cine francés, pero también en El Patriota o 1492: Christophe Colomb y Crying Freeman a nivel internacional, el actor Tchéky Karyo ha fallecido, según anunció su agente a la AFP el viernes 31 de octubre.
“Valérie Keruzoré, su esposa y sus hijos lamentan anunciar el fallecimiento de Tchéky Karyo, quien sucumbió al cáncer este viernes 31 de octubre “, indicó un comunicado de su familia enviado a la AFP.
Nacido en Estambul en 1953, Tchéky Karyo saltó a la fama a finales de la década de 1980 con su papel protagonista en El Oso, de Jean-Jacques Annaud . La película, un éxito de taquilla con casi nueve millones de espectadores, lo presentó como un arrepentido cazador de osos. Con su mirada penetrante y mandíbula cuadrada, el actor cosechó otro éxito interpretando el ambiguo papel del agente de reclutamiento de Nikita , la formidable asesina que Anne Parillaud encarnó en la película de Luc Besson.
La carrera de este políglota, que habla con fluidez francés, inglés, español y árabe, comenzó en el cine de autor francés, en particular en 1982 delante de la cámara de Chantal Akerman para Toute une nuit y delante de la de Eric Rohmer en 1984 en Les Nuits de la pleine lune .
Su ecléctica filmografía lo ha llevado a trabajar con Jean-Pierre Jeunet en Amélie (2001) y lo ha acercado a cineastas extranjeros, en particular el brasileño Walter Salles ( Terra Estrangeira , 1995) o el estadounidense Ridley Scott en 1492: La conquista del paraíso junto a Gérard Depardieu.
Tchéky Karyo también tuvo una larga trayectoria en los escenarios, destacando su actuación en el Festival de Aviñón a principios de la década de 1980. Además, participó frecuentemente en televisión, incluyendo algunos episodios de la serie Kaamelott, donde interpretó a un comandante romano deprimido. «Esta profesión me ayudó a ser mejor persona. El arte dramático es una vía de acceso a un espacio especial y mágico, al que se accede en compañía de otras personas que también necesitan ese impulso y quizá para obtener una nueva perspectiva de sí mismas», declaró en 2017 en el periódico Midi Libre


