Julio Hazim reflexiona: “El poder se acaba y los amigos se van”
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El huracán Melissa, uno de los más intensos de la temporada atlántica de 2025, ha dejado una estela de destrucción en el Caribe. A las 4:39 P.M. del 29 de octubre de 2025, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) reporta que Melissa se ha debilitado a Categoría 2 con vientos sostenidos de aproximadamente 155 km/h (96 mph), pero sigue representando una amenaza significativa para las Bahamas y áreas circundantes.

Su rápido fortalecimiento inicial —de tormenta tropical a Categoría 5 en solo 18 horas— se debió a las temperaturas récord del agua en el Caribe central, exacerbadas por el cambio climático.
En Jamaica, donde tocó tierra como Categoría 5 el 28 de octubre cerca de New Hope (suroeste), causó vientos de hasta 280 km/h (175 mph), lo que lo convierte en el huracán más fuerte registrado en tocar la isla en 90 años.
En Cuba, impactó como Categoría 4 en Santiago de Cuba durante la madrugada del 29, con una marejada ciclónica de 3-4.5 metros (10-15 pies). Las bandas externas afectaron a Haití y República Dominicana con inundaciones repentinas
Las consecuencias son catastróficas, con un enfoque en pérdidas humanas, daños materiales y disrupciones económicas. Hasta las 4:39 P.M., el conteo de fallecidos supera los 30 en la región, con la mayoría en Haití debido a desbordamientos de ríos y deslizamientos de tierra. A continuación, un resumen en tabla de los impactos principales por país:




Económicamente, Jamaica enfrenta daños que podrían superar el 26% de su PIB (similar a Gilbert en 1988, ajustado a ~$2.7 mil millones USD 2025). En Cuba,
las inundaciones han paralizado ciudades clave. La temporada 2025 ahora se clasifica como “por encima de lo normal” gracias a Melissa. Testimonios de residentes, como Mariela Reyes en Santiago (“No es fácil perder todo lo que uno tiene”) y Héctor en Cuba (“Los vientos son muy fuertes, teníamos mucho miedo”), destacan el trauma humano
Melissa se formó como tormenta tropical el 21 de octubre en el Caribe central, intensificándose rápidamente gracias a aguas cálidas récord (2°F por encima de décadas pasadas).
Su trayectoria inicial fue inusual: del sureste al noroeste, tocando Jamaica desde el sur-suroeste el 28 de octubre (mañana), cruzando Cuba oriental durante la noche del 28-29, y saliendo al Atlántico abierto.
A las 4:39 P.M. del 29, se ubica a ~175 km del centro de las Bahamas, moviéndose al noreste a 20-25 km/h (13-16 mph), con pronóstico de impacto en las Bahamas centrales y sureste esa noche.
Después, se dirige a Bermudas como huracán el 30 de octubre, para luego acelerarse al Atlántico abierto, sin amenaza para EE.UU. continental. Modelos como EPS y GEFS muestran variabilidad, pero confirman debilitamiento gradual por cizalladura del viento
Melissa subraya la creciente intensidad de los huracanes en el Atlántico, impulsada por el calentamiento oceánico antropogénico, que eleva las probabilidades de eventos extremos en un 200-300% según el Climate Shift Index.
Sus impactos “catastróficos” —con marejadas, vientos y lluvias peores que Gilbert (1988)— resaltan vulnerabilidades en naciones con infraestructuras limitadas, como Jamaica y Haití, donde la pobreza agrava las pérdidas.
La respuesta inmediata incluye evacuaciones masivas, ayuda humanitaria (EE.UU. ofrece soporte a Jamaica) y esfuerzos locales como la limpieza en Cuba.
A largo plazo, se necesita inversión en resiliencia climática, alertas tempranas y reconstrucción sostenible para mitigar futuras temporadas hiperactivas.
Mientras Melissa se aleja, la prioridad es la recuperación: donaciones a través de plataformas oficiales y solidaridad global pueden salvar vidas. Fuentes como el NHC y agencias locales enfatizan: “Es una carrera contra el tiempo” para asistir a los afectados.

