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El 26 de octubre de 2025, durante el programa matutino de televisión Revista 110, el destacado comentarista y analista dominicano Dr. Julio Hazim lanzó una advertencia directa al presidente Luis Abinader. En su segmento de comentarios , Hazim declaró: “Ser expresidente es más difícil que ser presidente”.
Esta observación se presentó como un consejo en medio de debates sobre gobernanza, construcción de legado y las presiones políticas que enfrenta la administración de Abinader en su segundo mandato.
Hazim, conocido por sus francos análisis sociopolíticos, enfatizó las vulnerabilidades que surgen tras dejar el cargo, como la disminución de la influencia, el mayor escrutinio y el riesgo de “canibalismo político” entre sucesores o rivales.
El comentario coincide con los temas recurrentes de Hazim en Revista 110, donde a menudo critica las dinámicas de poder e insta a los líderes a priorizar los intereses nacionales a largo plazo sobre las ganancias a corto plazo. Impacto
La declaración cobró rápidamente fuerza en los medios dominicanos, principalmente a través del canal de YouTube del programa, donde el clip se subió ese mismo día y acumuló más de 10,000 visualizaciones en 24 horas.
Como un elemento esencial de la televisión matutina, con una audiencia dedicada de entusiastas políticos, líderes empresariales y legisladores, Revista 110 amplifica eficazmente la voz de Hazim.
El comentario resonó en un contexto de debates en curso sobre las reformas económicas de Abinader, las percepciones de corrupción y las tensiones fronterizas con Haití, lo que provocó que se compartiera en plataformas como Instagram y Facebook, afiliadas al programa.
Sin embargo, contribuyó a conversaciones en línea más amplias sobre los legados presidenciales, haciéndose eco de las críticas anteriores de Hazim (por ejemplo, sus comentarios de septiembre de 2025 sobre la “acumulación de poder” de Abinader).
No se han reportado respuestas oficiales inmediatas de Abinader ni de su administración, lo que concuerda con la mesurada actitud del presidente hacia los comentarios en los medios.
Interacciones anteriores sugieren que Abinader ocasionalmente aborda los puntos de vista de Hazim de forma indirecta, como se vio en un intercambio en 2024 donde abordó críticas similares a las reformas por parte de su hijo, Michael.
Esto podría conducir a cambios sutiles en las políticas, como la aceleración de proyectos de legado (por ejemplo, iniciativas de infraestructura o anticorrupción) para contrarrestar la percepción de una centralización excesiva.
Un mayor escrutinio sobre la planificación de la sucesión, Dado que el mandato de Abinader se extiende hasta 2028, el comentario podría alimentar la especulación sobre su rol postpresidencial y la dinámica interna del Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Se esperan segmentos de seguimiento en Revista 110 o en programas de la competencia, lo que podría presionar a Abinader para que aborde las preocupaciones sobre el legado en sus próximos discursos.
Sin grandes reacciones negativas, la respetada posición de Hazim como analista independiente mitiga el riesgo de ser desestimado como “ruido de la oposición”, a diferencia de las críticas más partidistas.
Si no se aborda, corre el riesgo de reforzar las narrativas de desconexión entre las élites, especialmente en medio de desafíos económicos como la inflación y las presiones migratorias.
La advertencia de Hazim subraya una verdad intemporal en la política dominicana (y mundial),. la verdadera prueba del poder reside en sus consecuencias. Para Abinader, sirve como recordatorio para cultivar un legado duradero, más allá de las victorias electorales, mediante una gobernanza inclusiva y salvaguardas institucionales contra el “canibalismo”.
El comentario pone de relieve la fragilidad del liderazgo en una nación polarizada, donde expresidentes como Leonel Fernández e Hipólito Mejía han enfrentado batallas legales y de reputación tras su mandato.
En última instancia, esto podría catalizar un diálogo constructivo sobre los límites de mandato, las protecciones para expresidentes y las transiciones éticas, en beneficio de la democracia dominicana.
Como suele señalar Hazim, el verdadero estadista se prepara para el “día después”, asegurando que la influencia perdure sin las apariencias del cargo.
Con el impulso de mitad de mandato, Abinader tiene tiempo para tomar esto en cuenta, pero la inacción podría amplificar las vulnerabilidades posteriores a 2028.

