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A las 17:47 hs. de este domingo, las elecciones legislativas nacionales están en su fase final de votación. Las mesas cierran a las 18:00 hs., y el escrutinio provisorio comenzará a publicarse a partir de las 21:00 hs. a través del sitio oficial de la Cámara Nacional Electoral (CNE) y la app “Elecciones Legislativas 2025”.
Hasta el momento, no hay resultados oficiales, pero las encuestas de boca de urna y mesas testigo (de fuentes independientes y medios como Clarín, Infobae y CNN) indican tendencias claras.
La participación electoral ha sido moderada: al 58,5% del padrón a las 17:00 hs., por debajo del 71,8% de 2021, reflejando un desencanto generalizado con la política.
Se renuevan 127 bancas de diputados (mitad de la Cámara baja) y 24 bancas de senadores (un tercio del Senado), con un total de 35 millones de electores habilitados.
Por primera vez, se usa la Boleta Única de Papel (BUP) en todo el país, lo que podría demorar ligeramente el conteo inicial, pero asegura mayor transparencia. El foco está en distritos clave como Buenos Aires (35 diputados, 3 senadores), donde se concentra el 38% del padrón.
Tendencias Preliminares Basadas en Boca de Urna y Mesas Testigo
Las proyecciones (promedio de CB Consultora, Zentrix, Rubikón, Management & Fit y UDESO/ESPOP) muestran un escenario ajustado, con La Libertad Avanza (LLA) de Javier Milei liderando por un margen estrecho. Datos de mesas en embajadas (ej. Austria) y provincias sugieren:

Buenos Aires (distrito decisivo): Fuerza Patria lidera con 47% (vs. 34% LLA), replicando su victoria provincial de septiembre. Esto podría costarle a LLA hasta 10 bancas en la provincia.
Otros distritos: LLA domina en Mendoza (proyección 40%) y CABA (45%), pero el peronismo resiste en el norte (Santiago del Estero, La Rioja).
Participación por bloques: Jóvenes (<21 años) inclinan balanza a LLA (hasta 50% en mesas urbanas); mayores de 50 años favorecen al peronismo.
Estos son estimados; el escrutinio oficial podría variar ±3-5 puntos.
Estas elecciones son un referéndum sobre la gestión de Milei a mitad de mandato (2023-2027). Con un Congreso actual fragmentado (LLA tiene solo 38 diputados y 7 senadores), los resultados redefinirán el equilibrio de poderes
Para el oficialismo (LLA), un triunfo por encima del 35% consolidaría el “veto presidencial” (necesita ~1/3 de cada cámara: 86 diputados, 24 senadores). Permitiría avanzar reformas pendientes (laboral, tributaria, previsional) sin bloqueos constantes.
Sin embargo, la derrota en Buenos Aires (38% del electorado) ya se percibe como un revés simbólico, limitando la expansión territorial de LLA.
Para la oposición (Peronismo y JxC): Mantendrían control mayoritario (~55% combinado), fortaleciendo su rol de “freno” a la austeridad de Milei.
El peronismo, liderado por Axel Kicillof en Buenos Aires, usaría el triunfo para presionar por derogar vetos (ej. ley de financiamiento universitario) y demandar más fondos provinciales.
JxC podría pivotar como “oposición constructiva”, aliándose con LLA en temas clave.
Fragmentación general, con ~10% de indecisos y baja participación, el Congreso post-10 de diciembre (inicio de mandatos) sería aún más dividido, fomentando negociaciones ad hoc. Esto podría paralizar la agenda, como en 2025 con comisiones investigadoras sobre escándalos (ej. $LIBRA, fentanilo).
En el contexto regional, un LLA fortalecido alinearía más a Argentina con EE.UU. (bajo Trump, que ya respaldó un “salvataje” financiero), mientras un peronismo resurgente podría tensar relaciones con el FMI y acreedores.
Económicas: Mercados en vilo; el dólar cripto cayó a $1.563 a las 16:00 hs., reflejando cautela. Un LLA fuerte estabilizaría reservas del BCRA (+$10.000M desde 2023) y atraería inversiones (Milei ya redujo inflación de 300% a ~30% anual).
Derrota oficialista podría forzar devaluación post-electoral (riesgo país subió 200 puntos esta semana) y frenar el superávit fiscal (15% PIB logrado en 2024).
Baja participación (proyectada 65-70%) indica “anomia” (desencanto), con multas de $50-500 para ausentes. Incidentes menores (5 detenciones por intentos de voto irregular en Buenos Aires) no alteran la jornada pacífica.
Cristina Fernández de Kirchner, inhabilitada por condena, no vota pero su sombra pesa en el peronismo.
La BUP reduce riesgos de manipulación (vs. boletas partidarias), pero desdoblamientos provinciales (10 distritos ya votaron locales) fragmentaron el voto, beneficiando al peronismo en feudos.
A las 17:47 hs., la jornada transcurre con normalidad, pero las urnas ya marcan un empate técnico que no resuelve la polarización.
LLA se perfila para crecer (de 38 a ~80 diputados), pero no alcanzará mayorías absolutas, obligando a Milei a más alianzas y vetos.
El peronismo retiene músculo territorial, consolidando su rol opositor y cuestionando la “libertad” mileísta como “ajuste salvaje”.
En última instancia, estas elecciones no cambian el rumbo macro (crecimiento post-recesión), pero exponen la fatiga social: Argentina necesita consensos, no más trincheras.
El verdadero test será el escrutinio de las 21:00 hs.; hasta entonces, la democracia argentina resiste, pero no prospera sin reformas compartidas.

