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El huracán Melissa, la quinta tormenta con nombre de la inusualmente activa temporada de huracanes del Atlántico de 2025, se intensificó rápidamente hasta alcanzar la categoría 4 la mañana del domingo 26 de octubre de 2025, con vientos máximos sostenidos de 225 km/h.
Ubicado a unos 209 km al sureste de Kingston y desplazándose lentamente hacia el oeste a tan solo 5-8 km/h, se pronostica que se fortalecerá aún más hasta alcanzar la inusual categoría 5 antes de tocar tierra directa o casi directa en la costa sur de Jamaica a finales del lunes o principios del martes (27-28 de octubre).
Esta lentitud exacerba las amenazas, exponiendo potencialmente a la isla a condiciones de huracán de varios días (hasta 72 horas o más), convirtiéndola en una de las tormentas más severas en la historia moderna de Jamaica, rivalizando o superando al huracán Gilbert (1988), un huracán de categoría 3 que devastó la isla con vientos de 193 km/h.
El domingo por la tarde, las bandas exteriores comenzaban a azotar las parroquias del sur de Jamaica con fuertes lluvias y ráfagas de viento, pero los impactos más intensos aún se esperan a horas de distancia.
Toda la isla se encuentra bajo alerta de huracán y se insta a que todos los preparativos se completen de inmediato. Los aeropuertos, incluido el Aeropuerto Internacional Norman Manley en Kingston, cerraron el sábado por la noche, dejando varados a los viajeros y suspendiendo los vuelos comerciales.
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Si bien el núcleo de la tormenta aún no ha llegado a Jamaica, los efectos preliminares ya son evidentes:
Las bandas exteriores de lluvia han dejado entre 5 y 10 cm de lluvia en las parroquias del sur y el este (por ejemplo, St. Elizabeth, Manchester y St. Andrew), lo que ha provocado inundaciones repentinas localizadas en zonas bajas y urbanas como Kingston. El Servicio Meteorológico de Jamaica informa cierres aislados de carreteras debido a la acumulación de agua.
Ráfagas con fuerza de tormenta tropical (63-117 km/h) afectan las costas del sur, con interrupciones dispersas del suministro eléctrico en zonas rurales.
Aún no se han registrado cortes de suministro generalizados. No se reportaron muertes ni heridos en Jamaica hasta la noche del domingo, aunque la tormenta se ha relacionado con cuatro muertes anteriores en República Dominicana por inundaciones.
Más de 650 refugios de emergencia están abiertos en toda la isla, con evacuaciones voluntarias en marcha en comunidades costeras propensas a inundaciones como Port Royal y partes de Montego Bay.
Los hospitales públicos pasaron al “modo de emergencia” el jueves, cancelando procedimientos no esenciales.
Todos los puertos y aeropuertos están cerrados, y el Centro Nacional de Operaciones de Emergencia está completamente activado. Escuelas, negocios y oficinas gubernamentales permanecerán cerrados al menos hasta el martes.
Las redes sociales en Jamaica reflejan una creciente ansiedad, con residentes compartiendo videos de casas tapiadas, embarcaciones aseguradas en St. Ann y llamamientos a la oración.
Meteorólogos como los del Centro Nacional de Huracanes (NHC) enfatizan: “No hay ningún lugar que escape a la furia de esta tormenta”.
La combinación de intensidad extrema, baja velocidad y proximidad a la accidentada geografía de Jamaica que presenta Melissa crea el escenario para una devastación sin precedentes. El NHC y AccuWeather lo describen como un “desastre en cámara lenta” con potenciales niveles de crisis humanitaria.
Estos impactos podrían provocar graves daños a la infraestructura, con estimaciones de meteorólogos que sugieren miles de millones de dólares en pérdidas, superando con creces las de tormentas recientes como Beryl (2024).
Las poblaciones vulnerables en asentamientos informales y zonas rurales enfrentan los mayores riesgos, lo que podría provocar el desplazamiento de decenas de miles de personas.
La lentitud del avance amplifica todos los peligros, ya que la lluvia y los vientos de la tormenta persistirán, saturando los suelos y colapsando los sistemas de drenaje.
El Primer Ministro Andrew Holness se dirigió a la nación el domingo, instando a las evacuaciones de las zonas bajas sin obligarlas, y enfatizó: “Toda Jamaica se verá afectada”. La Oficina de Preparación para Desastres y Gestión de Emergencias (ODPEM) ha distribuido suministros a los refugios y ha activado equipos de búsqueda y rescate. La ayuda internacional está lista de espera desde EE. UU., el Reino Unido y CARICOM.
Los jamaicanos están demostrando resiliencia, y sus vecinos ayudan a los ancianos y comparten recursos. Las campañas en redes sociales (#HuracánMelissa, #OremosPorJamaica) coordinan la ayuda y el estímulo moral.
El huracán Melissa representa el peor escenario posible para Jamaica: un huracán de gran magnitud con una exposición prolongada, lo que podría convertirlo en el huracán más potente que haya tocado tierra en la isla en más de un siglo y uno de los más mortíferos en el Caribe esta temporada.
Si bien el historial de tormentas como Gilbert e Iván en Jamaica ha fortalecido la preparación, la magnitud de este huracán podría sobrepasar los recursos disponibles, provocando una pérdida significativa de vidas (posiblemente de decenas a cientos si no se atienden las advertencias), reveses económicos en el turismo y la agricultura, y desafíos para la recuperación a largo plazo en medio de la intensificación del fenómeno impulsada por el cambio climático.
Tras tocar tierra, se espera que Melissa se debilite ligeramente, pero se mantenga como un huracán de gran magnitud al cruzar el sureste de Cuba el martes por la noche y luego se dirija hacia el sureste de Bahamas el miércoles, evitando el territorio continental de Estados Unidos, pero sobrecargando las redes regionales de ayuda.
La recuperación en Jamaica podría llevar meses, y las necesidades inmediatas se centrarán en la búsqueda y el rescate, la asistencia médica y la reconstrucción.
La tormenta pone de relieve la creciente ferocidad de los huracanes del Atlántico; en 2025, cuatro de sus primeras cinco tormentas alcanzaron la categoría 4 o superior, un patrón inusual relacionado con el aumento de las temperaturas oceánicas.
Se insta a los residentes y observadores internacionales a estar atentos a las actualizaciones del Centro Nacional de Huracanes (CNH) y del Servicio Meteorológico de Jamaica. El espíritu de unidad de Jamaica será clave para superar esta prueba: nuestro apoyo y condolencias a la isla durante estos momentos difíciles.

