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El 20 de octubre de 2025, Amazon Web Services (AWS) experimentó una importante interrupción global que afectó principalmente a su región US-EAST-1 en el norte de Virginia.
El problema se originó en un problema de resolución de DNS con el punto final de la API de DynamoDB, lo que provocó un aumento en las tasas de error, latencias y fallos de conectividad en varios servicios de AWS, como DynamoDB, EC2, S3, RDS, ECS, Glue, CloudTrail y Lambda.
La interrupción comenzó de madrugada (alrededor de la 1:26 a. m. ET) y AWS la describió como “totalmente mitigada” a media mañana.
La mayoría de los servicios se recuperaron con normalidad, aunque persistieron algunos retrasos y limitaciones durante la restauración.
Los ingenieros de AWS implementaron medidas de mitigación e investigaron la causa raíz, que no se atribuyó a factores externos como ciberataques en los comunicados oficiales.
Este evento, aunque se resolvió en cuestión de horas, puso de relieve la naturaleza interconectada de la infraestructura digital moderna.
La interrupción se extendió por todo internet debido a que AWS gestiona una parte importante de la infraestructura global de la nube, con más de 4 millones de clientes y una cuota de mercado del 30 %.
Se reportaron interrupciones en todo el mundo, con la mayor concentración de quejas de usuarios en la costa este de EE. UU. (p. ej., Nueva York, San Francisco, Los Ángeles), el Reino Unido y partes de Europa.
Los usuarios experimentaron fallos de inicio de sesión, mensajes de error, caídas del servidor e imposibilidad de acceder a los servicios, lo que afectó sus actividades diarias, desde el entretenimiento hasta las operaciones esenciales.
La siguiente tabla resume los principales sectores afectados y ejemplos de servicios afectados, según informes de Downdetector, actualizaciones de estado de AWS y comentarios de los usuario
En total, se informó que más de 82 servicios de AWS se vieron afectados, con un efecto dominó en plataformas dependientes como Docker, lo que provocó más problemas de autenticación en sitios que ya tenían sesión iniciada.
Las experiencias reales de los usuarios incluyeron padres que no pudieron contactar con los servicios, equipos paralizados a mitad de la jornada laboral y posibles retrasos en las entregas o las operaciones del almacén.
Si bien no se cuantificaron de inmediato las cifras específicas de esta interrupción, expuso vulnerabilidades en las cadenas de suministro y operaciones globales.
Las acciones de Amazon cayeron solo un 0,3 % en la preapertura, lo que indica la confianza de los inversores en una rápida recuperación, pero AWS representa aproximadamente el 20 % de las ventas de Amazon y el 60 % de su beneficio operativo.
Eventos similares anteriores (por ejemplo, la interrupción de CrowdStrike en julio de 2024) costaron a las empresas de Fortune 500 aproximadamente 5000 millones de dólares en pérdidas directas, lo que sugiere posibles paralelismos en términos de interrupciones de la productividad e impacto en los ingresos de las empresas dependientes.
Plataformas de comercio de criptomonedas como Coinbase y Robinhood sufrieron bloqueos inmediatos del acceso de los usuarios, lo que podría afectar la volatilidad del mercado.
Los retrasos persistieron tras la mitigación, incluyendo solicitudes de servicio retrasadas y operaciones limitadas. Sectores como la sanidad se enfrentaron a riesgos no confirmados, como hospitales con dificultades para gestionar los historiales de los pacientes, mientras que fallos de acceso a la banca interrumpieron las transacciones financieras.
Los servicios gubernamentales del Reino Unido requirieron la coordinación con AWS para su restablecimiento.
El evento afectó a millones de personas, lo que amplificó la preocupación por la dependencia digital. En el Reino Unido, afectó a la infraestructura nacional crítica (CNI) y a las instituciones de servicios financieros (FSI). A nivel internacional, puso de relieve la dependencia de Europa de proveedores estadounidenses como AWS como una “vulnerabilidad de seguridad y una amenaza económica”. Surgieron demandas de alternativas, como que India desarrolle su propia infraestructura en la nube para reducir la dependencia.
La respuesta oficial de AWS enfatizó la rápida mitigación mediante múltiples rutas paralelas y la recuperación completa de la mayoría de los servicios, sin evidencia de actividad maliciosa.
Sin embargo, la interrupción sirve como un duro recordatorio de la fragilidad de los sistemas que dependen de la nube, donde un solo problema regional puede afectar a la mitad de internet. Las conclusiones clave incluyen:
Expertos y usuarios abogan por estrategias multicloud (por ejemplo, integrando AWS, GCP, Azure) para garantizar la resiliencia y la cero pérdida de datos.
La dependencia excesiva de un solo proveedor como AWS presenta riesgos; se recomiendan redes segmentadas y copias de seguridad para evitar fallos en cascada.
Se asemeja a incidentes anteriores, exponiendo cómo los sistemas interconectados amplifican problemas menores y los convierten en interrupciones globales, afectando desde el entretenimiento hasta los servicios esenciales.
Las propuestas de nubes nacionales o regionales cobran impulso para mitigar las vulnerabilidades geopolíticas y económicas. Riesgos de la identificación digital: Algunos observadores lo relacionaron con los posibles peligros de los sistemas digitales obligatorios, donde las interrupciones podrían tener consecuencias más graves.
En general, si bien la interrupción fue breve, refuerza la necesidad de una planificación de contingencia sólida en un mundo cada vez más dependiente de la nube. AWS se ha comprometido a proporcionar más actualizaciones sobre la causa raíz.

