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El día 4, la nueva presidenta del Partido Liberal Democrático, Sanae Takaichi, se sentó por primera vez en la silla de la oficina presidencial en la sede del partido. Cuando los periodistas le preguntaron qué tan cómoda se sentía, respondió: “Es muy tensa”. Añadió: “No es adecuada para trabajar con una computadora, pero es una silla tradicional y formal”.
En cuanto a sus reflexiones sobre convertirse en la primera presidenta desde la fundación del partido en 1955, Takaichi comentó: «El próximo mes se cumplirán 70 años de la fundación del partido. En este contexto, se elegirá a la primera presidenta, y el panorama del partido cambiará ligeramente». Tras la elección, es costumbre que la nueva presidenta se siente en una silla y se tome una foto conmemorativa.
Sanae Takaichi ha sido elegida como nueva presidenta del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) de Japón, lo que la convierte en una posible candidata para convertirse en la próxima primera ministra y la primera mujer en dirigir un país en su historia.
Ninguno de los cinco candidatos consiguió la mayoría en la primera ronda de votación del sábado antes de que Sanae Takaichi derrotara a Shinjiro Koizumi, hijo del ex primer ministro Junichiro Koizumi, quien luego ganó la segunda vuelta.
Sanae Takaichi, de 64 años, ex ministra de Seguridad Económica, se inclina hacia el ala derecha dentro del PLD.
Se espera que el Parlamento vote el 15 de octubre para elegir al próximo primer ministro.
La votación del sábado, en la que participan sólo 295 legisladores del PLD y alrededor de un millón de miembros cotizantes, refleja las opiniones de sólo el 1% del público japonés.
Se espera que Sanae Takaichi suceda al actual primer ministro Shigeru Ishiba, ya que el PLD sigue siendo el partido con mayor representación parlamentaria. Sin embargo, tras las recientes elecciones, el gobierno de coalición liderado por el PLD ya no cuenta con la mayoría ni en la Cámara de Consejeros ni en la Cámara de Representantes, lo que requiere la cooperación de los legisladores de la oposición para gobernar eficazmente.
El partido podría intentar ampliar su alianza actual con el centrista moderado Komeito y cooperar con al menos uno de los principales partidos de oposición que son más centristas.
Si es elegida primera ministra, Sanae Takaichi se enfrentará a un complejo conjunto de problemas, entre ellos el envejecimiento de la población, la inestabilidad geopolítica, una economía débil y un creciente malestar respecto de la inmigración.
Pero primero debe garantizar que el Partido Liberal Democrático, que ha estado en el poder casi ininterrumpidamente desde 1955, pueda volver a ganarse el voto.
Durante su campaña, Koizumi dijo: “El PLD debe recuperar la confianza y necesitamos reformas profundas para empezar de nuevo”, y calificó la situación actual del partido como una “crisis”.
Un partido en ascenso es Sanseito, que se hace eco de otros movimientos populistas al calificar la inmigración de “invasión silenciosa” y culpar a los recién llegados de una serie de males.
Tanto Sanae Takaichi como Shinjiro Koizumi están tratando de atraer a votantes que se sientan atraídos por los mensajes de los partidos sobre los extranjeros, ya sean inmigrantes o multitudes de turistas, en sus campañas internas del PLD.
Sanae Takaichi dijo que Japón debería “reconsiderar las políticas que permiten el ingreso de personas con culturas y orígenes completamente diferentes”.
Koizumi añadió: “El empleo ilegal de extranjeros y el deterioro de la seguridad pública están causando ansiedad entre los residentes locales”.
Semejante alarmismo por parte de los políticos tradicionales es poco común en Japón, donde los nacidos en el extranjero representan sólo el 3% de la población.
En el frente económico, Takaichi ha apoyado en el pasado una flexibilización monetaria agresiva y un gasto fiscal masivo, haciéndose eco de las opiniones de su mentor, el ex primer ministro Shinzo Abe.
Pero durante la campaña suavizó su postura y la figura tradicionalista, que visita frecuentemente el Santuario Yasukuni, también parece más moderada en su actitud hacia China.
Para Sanae Takaichi, que proviene del ala tradicionalista del Partido Liberal Democrático, la alegría de que una mujer finalmente dirija Japón podría convertirse rápidamente en decepción.
“Sanae Takaichi no está interesada en los derechos de las mujeres ni en las políticas de igualdad de género”, declaró a la AFP Yuki Tsuji, profesor de la Universidad de Tokai especializado en política y género.
Los expertos estaban preocupados de que a pesar del encanto de Koizumi y su imagen moderna (había tomado licencia por paternidad y disfrutaba del surf), su falta de profundidad podría ser un lastre para los votantes.
Sadafumi Kawato, profesor emérito de la Universidad de Tokio, dijo a AFP que Koizumi “es bueno demostrando su voluntad de reforma, pero no es bueno en el debate, por lo que dudo de cuánto tiempo durará su popularidad después de la apertura de la Dieta”.
Quien gane el PLD pronto enfrentará una prueba diplomática: una posible cumbre a fines de octubre con el presidente estadounidense Donald Trump, quien tiene previsto viajar a Corea del Sur para la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico que comienza el 31 de octubre. Es probable que Trump exija a Japón un mayor gasto en defensa.
