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Los recientes ataques de Gustavo Sánchez, diputado y portavoz del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en el Congreso dominicano, contra Leonel Fernández y su partido, Fuerza del Pueblo (FP), han generado una importante tensión política en la República Dominicana.
Estos ataques, principalmente acusaciones de que FP participa en una campaña de acoso para atraer a miembros del PLD, tienen importantes impactos, consecuencias y posibles consecuencias para el panorama político, especialmente de cara a las elecciones de 2028.
Las acusaciones de Sánchez, dirigidas específicamente contra el vicepresidente de FP, Radhamés Jiménez, como el “comandante en jefe” de una supuesta “guardia pretoriana” de partidarios de Leonel Fernández, han intensificado la división entre el PLD y FP.
La naturaleza pública de estas acusaciones, realizadas a través de declaraciones en los medios de comunicación, amplifica el conflicto, acusando a FP de socavar un acuerdo de respeto mutuo entre los partidos de la oposición. Esto ha debilitado la unidad de la oposición frente al gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Las declaraciones de Sánchez ponen de manifiesto una supuesta traición a un acuerdo previo para que los partidos de la oposición colaboraran contra el PRM.
Al acusar a FP de captar miembros del PLD con promesas de cargos y candidaturas para 2028, Sánchez sugiere que FP prioriza su crecimiento sobre la unidad de la oposición, lo que podría fracturar la coalición “Rescate RD”.
Esta discordia podría debilitar la capacidad de la oposición para presentar un frente unificado, especialmente considerando que encuestas recientes muestran que el PLD está recuperando terreno, lo que, según Sánchez, ha desencadenado los supuestos esfuerzos de reclutamiento de FP.
Las acusaciones reflejan frustraciones internas dentro del PLD, en particular en torno a los cambios generacionales y las luchas de liderazgo. La referencia de Sánchez a las acciones de FP como una muestra de “celos” por el liderazgo emergente del PLD sugiere una contienda más amplia por el dominio dentro de la oposición.
El momento de estos ataques coincide con los rumores de que Gonzalo Castillo, excandidato presidencial del PLD, está considerando postularse para 2028, lo que podría estar alimentando la postura defensiva del PLD.
Paradójicamente, los ataques de Sánchez podrían, inadvertidamente, elevar el perfil de FP. Al presentar a FP como una amenaza significativa capaz de desestabilizar al PLD, Sánchez subraya la creciente influencia de FP, que ha crecido de 1 millón a más de 2 millones de miembros entre 2022 y 2023.
Publicaciones en X del propio Leonel Fernández destacan los continuos éxitos de reclutamiento de FP, como la incorporación de Juan Julio Campos y su equipo en febrero de 2025, lo que refuerza la narrativa del impulso de FP.
Las acusaciones de Sánchez, sumadas a la refutación de FP a través de Roberto Rosario, quien afirmó que el PLD fue el agresor inicial en 2020, profundizan la desconfianza. La defensa de Rosario, alegando que FP simplemente está acogiendo a los miembros del PLD descontentos en lugar de captarlos activamente, sugiere una dinámica de ojo por ojo que podría obstaculizar la colaboración futura.
Esta disputa continua corre el riesgo de “dinamitar puentes” para posibles alianzas, como advirtió Sánchez, lo que dificulta una estrategia de oposición cohesionada para 2028.
Posibilidad de nuevas deserciones del PLD: La disputa pública podría acelerar las deserciones del PLD a FP, especialmente si los miembros del PLD se sienten distanciados por conflictos internos o ven a FP como un vehículo más viable para sus ambiciones políticas. Existe un precedente histórico: en 2019, 40 miembros del PLD en Santo Domingo y otros en Santiago desertaron a FP, alegando desilusión con el liderazgo del PLD.
El atractivo de FP, reforzado por el liderazgo de Fernández y su ideología progresista y patriótica, podría seguir atrayendo a miembros del PLD, debilitando aún más su base.
Impacto en las estrategias electorales de 2028: La disputa podría obligar a ambos partidos a recalibrar sus estrategias. FP, liderado por Fernández, se está posicionando como la principal fuerza de la oposición, y Rosario enfatiza la importancia de consolidar su papel antes de formar un frente opositor más amplio hacia 2028.
Para el PLD, las acusaciones de Sánchez podrían ser un intento de movilizar a su base y disuadir nuevas deserciones, pero corren el riesgo de distanciar a los miembros que valoran la unidad de la oposición. Los recientes avances del PLD en las encuestas podrían verse comprometidos si persisten las divisiones internas.
Percepción pública y narrativa política: La naturaleza pública del conflicto, amplificada por la cobertura mediática, podría influir en la percepción de los votantes. La narrativa de FP de ser atacado injustamente puede resonar entre sus bases, mientras que las acusaciones del PLD podrían atraer a los leales, pero distanciar a los moderados que favorecen la unidad de la oposición.
Las publicaciones en X reflejan una fragmentación política más amplia, y algunos usuarios señalan que las divisiones internas dentro de los movimientos de oposición pueden provocar derrotas electorales, como se ha visto en otros contextos.
Los ataques de Sánchez han profundizado la división entre el PLD y el FP, lo que hace improbable una cooperación inmediata. Esta polarización beneficia al gobernante PRM, que obtuvo una supermayoría en las elecciones de 2024, ya que una oposición fragmentada tiene menos probabilidades de presentar un desafío serio en 2028.
A pesar de las fricciones actuales, no se descarta por completo una futura alianza. Omar Fernández, destacado senador del FP e hijo de Leonel Fernández, enfatizó que las diferencias no impedirán una coalición opositora para 2028, citando el éxito de la coalición de 2024 que aseguró su escaño en el Senado con el apoyo del PLD.
Sin embargo, reconstruir la confianza requerirá que ambos partidos prioricen su objetivo común de derrotar al PRM por encima de las rivalidades internas.
La FP parece tener la ventaja en esta disputa, dado el creciente número de miembros y la consolidada imagen política de Fernández. La capacidad del partido para atraer a desertores del PLD y su enfoque en consolidar su rol opositor sugieren que está mejor posicionado para capitalizar el conflicto actual.
El historial de Fernández al sortear crisis políticas, como su separación del PLD en 2019, indica resiliencia y adaptabilidad estratégica.
El PLD debe abordar las vulnerabilidades internas, incluyendo la percepción de corrupción y el estancamiento del liderazgo, para frenar las deserciones y recuperar el impulso. Las acusaciones de Sánchez pueden galvanizar a algunos leales, pero corren el riesgo de distanciar a los miembros que ven al FP como una alternativa más dinámica.
El conflicto subraya los desafíos de mantener la unidad de la oposición en un panorama político competitivo. El dominio del PRM, evidenciado por su supermayoría en 2024, presiona al PLD y al FP para que resuelvan sus diferencias o se arriesguen a una marginación prolongada.

