La tormenta tropical Erin, que se intensificó hasta convertirse en un huracán de categoría 5 en su punto máximo, impactó significativamente el este de Estados Unidos en agosto de 2025, a pesar de no tocar tierra directamente.
Los impactos más significativos se sintieron en los Outer Banks de Carolina del Norte, donde se produjeron condiciones de tormenta tropical e inundaciones costeras a partir de la noche del miércoles 20 de agosto de 2025.
Se emitió una alerta de marejadas ciclónicas desde Cape Lookout hasta Duck, con posibles marejadas de hasta 1,2 metros. Las inundaciones costeras se describieron como una “amenaza significativa para la vida y la propiedad”, y los pronósticos indican que numerosas viviendas, negocios y carreteras, incluida la Carretera 12, podrían quedar intransitables durante varios días debido a las inundaciones y el desbordamiento de olas de hasta 4,5 a 6 metros.
Desde Florida hasta Massachusetts, las zonas costeras experimentaron olas altas (de 3 a 6 metros) y peligrosas corrientes de resaca, lo que provocó erosión de las playas y riesgo de inundaciones.
El enorme campo de vientos de Erin, con vientos con fuerza de tormenta tropical que se extendieron hasta 370 kilómetros desde su centro, generó corrientes de resaca potencialmente mortales a lo largo de la costa este de Estados Unidos.
Se reportaron al menos 75 rescates por corrientes de resaca en el condado de New Hanover, Carolina del Norte, sin que se registraran heridos. Se emitió una advertencia de prohibición de natación para Wrightsville Beach del 19 al 22 de agosto de 2025.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) destacó las corrientes de resaca como un peligro importante, señalando que son la tercera causa principal de muertes relacionadas con huracanes.
Aunque Erin no tocó tierra, era posible que se registraran vientos con fuerza de tormenta tropical en los Outer Banks, lo que provocó alertas de tormenta tropical desde Beaufort Inlet hasta Duck, incluyendo Pamlico Sound.
El tamaño inusualmente grande de la tormenta amplificó su campo de vientos, incrementando el riesgo de condiciones de tormenta tropical a lo largo de la costa del Atlántico Medio, especialmente si su trayectoria se desviaba hacia el oeste.
Se ordenaron evacuaciones obligatorias en Hatteras y Ocracoke, en los Outer Banks, debido al temor de carreteras intransitables e inundaciones.
Las playas desde el sur de Florida hasta Nueva Inglaterra implementaron medidas de seguridad, incluyendo banderas rojas que prohíben nadar.
El oleaje de Erin aumentó la altura de las olas y el riesgo de corrientes de resaca hasta el sur de Florida, con olas de 60 a 120 cm previstas en el sur de Florida para el jueves y viernes 21 y 22 de agosto de 2025. Se emitieron avisos de oleaje alto para gran parte de la costa este de EE. UU.
En Puerto Rico, territorio estadounidense afectado previamente por Erin, los fuertes vientos causaron cortes de electricidad a más de 150,000 personas, aunque el 95% de los clientes recuperaron el suministro eléctrico para la noche del domingo 17 de agosto de 2025.
El riesgo de inundaciones a lo largo de los Outer Banks amenazó con inutilizar la Carretera 12, lo que interrumpió el transporte local y el acceso a las comunidades.
Si bien no se dispone de estimaciones específicas de costos para el territorio continental de EE. UU., las inundaciones costeras, la erosión de las playas y las evacuaciones probablemente provocaron pérdidas económicas en el turismo, la reparación de infraestructuras y las labores de respuesta a emergencias.
El elevado número de rescates por corrientes de resaca subrayó el peligro para los bañistas, y las autoridades instaron a seguir las advertencias locales.
No se reportaron víctimas mortales directas en Estados Unidos continental a causa de Erin, pero el impacto previo de la tormenta en las islas de Cabo Verde causó al menos siete muertes, lo que pone de relieve su potencial de daños.
El oleaje alto y las marejadas ciclónicas contribuyeron a una erosión significativa de las playas, especialmente en los Outer Banks, lo que afectó los ecosistemas y la infraestructura costera.
La rápida intensificación de Erin a categoría 5 se relacionó con aguas oceánicas excepcionalmente cálidas y condiciones atmosféricas favorables, una tendencia exacerbada por el cambio climático, que está aumentando la frecuencia de huracanes potentes.

