Una explosión ocurrió el 17 de agosto de 2025 cerca del Colegio Técnico Humanístico José Carrasco en Entre Ríos, Cochabamba, Bolivia, en la mesa de votación donde el candidato presidencial por Alianza Popular y presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, iba a depositar su voto.
Este incidente tuvo lugar durante las elecciones generales de Bolivia, un evento ya marcado por tensiones políticas y polarización.
La detonación de un artefacto explosivo cerca del recinto electoral generó alarma entre los votantes, personal electoral y autoridades presentes. Aunque no se reportaron heridos de inmediato, el incidente interrumpió temporalmente las actividades en el centro de votación, causando evacuaciones parciales y aumentando la percepción de inseguridad.
La Policía Boliviana inició una investigación para determinar la naturaleza del artefacto y las circunstancias del suceso, lo que sugiere un esfuerzo por garantizar la continuidad del proceso electoral.
El hecho ocurrió en un contexto de alta polarización política, con el Movimiento al Socialismo (MAS) dividido entre las facciones de Luis Arce, Evo Morales y el propio Rodríguez, quien buscaba posicionarse como una figura conciliadora. La explosión en la mesa destinada a Rodríguez podría interpretarse como un ataque dirigido, lo que intensifica las acusaciones de violencia política.
La ausencia de Rodríguez en el segundo debate presidencial del Tribunal Supremo Electoral (TSE), junto con otros candidatos, ya había generado críticas, y este incidente podría reforzar narrativas de inseguridad dirigidas a deslegitimar su campaña.
En redes sociales, como X, el incidente fue reportado rápidamente, con posts destacando la gravedad de la explosión cerca del lugar donde votaría Rodríguez. Esto amplificó la percepción de un clima electoral volátil.
Medios internacionales, como RT y Últimas Noticias, cubrieron la noticia, señalando que el artefacto detonó en la mesa específica de Rodríguez, lo que alimentó especulaciones sobre un posible sabotaje electoral.
La explosión refuerza las preocupaciones sobre la seguridad en los comicios del 17 de agosto, que ya estaban marcados por tensiones, amenazas de boicot (especialmente de sectores afines a Evo Morales) y un alto porcentaje de voto nulo o blanco (superior al 30% según encuestas).
Este incidente podría disuadir a votantes en zonas conflictivas, como Cochabamba o el Chapare, donde sectores evistas han amenazado con impedir los comicios.
La interrupción en el centro de votación podría retrasar el conteo de votos en esa área, generando cuestionamientos sobre la transparencia del proceso, especialmente en un contexto donde el TSE ya enfrenta críticas por la exclusión de Evo Morales y la gestión de la campaña.
Aunque Rodríguez ha mostrado resiliencia ante incidentes previos (como la gasificación en su cierre de campaña en Sacaba el 14 de agosto), este evento podría afectar su imagen. Por un lado, su capacidad para continuar con su agenda a pesar de los incidentes puede ser vista como un signo de liderazgo; por otro, podría ser percibido como un blanco vulnerable, lo que podría debilitar su apoyo (actualmente en 6-18% según encuestas).
La acusación de un exdirigente de la CSUTCB de que Rodríguez está vinculado a un boicot electoral liderado por Morales podría complicar aún más su posición, especialmente si se asocia el incidente con maniobras políticas internas.
El incidente se suma a una serie de eventos violentos durante la campaña, incluyendo ataques a candidatos como Rodríguez y Manfred Reyes Villa, y un bloqueo en junio que dejó 8 muertos y 173 heridos. Esto refleja un clima electoral enrarecido, agravado por la crisis económica (inflación del 17% y escasez de hidrocarburos) y la fragmentación del MAS.
La narrativa de un posible “boicot electoral” impulsado por sectores evistas podría intensificarse, alimentando la polarización entre los candidatos de derecha (Doria Medina, Tuto Quiroga) y los del campo progresista.
Aunque la información disponible no confirma si la explosión fue un ataque dirigido, un accidente o un acto de intimidación, el hecho de que ocurriera en la mesa de votación de Rodríguez sugiere un intento de desestabilizar su candidatura o el proceso electoral en general. La investigación policial será clave para esclarecer los motivos y responsables.
La coincidencia con eventos previos, como la gasificación en Sacaba y la explosión de una wajt’a en el inicio de su campaña, podría interpretarse como parte de una serie de incidentes dirigidos a generar inestabilidad.
Este evento refuerza la posibilidad de que Bolivia enfrente su primera segunda vuelta electoral, dado que ningún candidato parece alcanzar el 50% necesario para ganar en primera ronda, y el voto nulo/blanco podría superar el apoyo a cualquier candidato.
La percepción de inseguridad podría beneficiar a los candidatos de derecha (Doria Medina y Tuto Quiroga), quienes lideran las encuestas con 21.5% y 19.6% respectivamente, frente al 6-18% de Rodríguez, al capitalizar el descontento con la inestabilidad política.
Riesgos a Futuro:Si no se controla la narrativa en torno a este incidente, podría exacerbar la desconfianza en las instituciones electorales, especialmente en un contexto donde el TSE ya enfrenta críticas por la exclusión de Morales y la gestión de la campaña.
La polarización podría escalar si sectores radicales, como los afines a Morales, intensifican acciones de boicot, lo que pondría en riesgo la gobernabilidad postelectoral, independientemente del ganador.
En Bolivia, donde la cosmovisión andina juega un papel importante, incidentes como este (sumados a la explosión de la wajt’a en junio) podrían ser interpretados por algunos sectores como señales de mal augurio, afectando la percepción pública de Rodríguez.
Las autoridades deben esclarecer rápidamente las circunstancias de la explosión para evitar especulaciones que alimenten la desconfianza. Publicar hallazgos preliminares y reforzar la seguridad en los centros de votación es crucial.
Los candidatos, incluido Rodríguez, deberían promover un discurso de unidad y rechazar la violencia para evitar una escalada de tensiones.
Monitoreo Internacional: La presencia de observadores de la Unión Europea y otras organizaciones debe garantizarse para validar la legitimidad del proceso electoral, especialmente en zonas conflictivas.
Este incidente no debe analizarse de forma aislada, sino como parte de un patrón de violencia política y tensiones sociales en Bolivia. La fragmentación del MAS, la crisis económica y la polarización son factores subyacentes que amplifican el impacto de estos eventos.
La explosión en el centro de votación de Andrónico Rodríguez es un reflejo de las profundas divisiones políticas y sociales en Bolivia en el contexto de las elecciones del 17 de agosto de 2025. Aunque el impacto inmediato fue limitado, las consecuencias a largo plazo dependerán de cómo las autoridades y los actores políticos manejen la narrativa y las investigaciones subsiguientes. Este evento podría marcar un punto de inflexión en una elección ya histórica por su potencial de ir a una segunda vuelta, en un país que enfrenta un posible fin de ciclo político.

