
Bellamy dijo que pasó noches sin dormir preparándose para este juego, a pesar de que sólo cinco equipos en el mundo están clasificados por debajo de Liechtenstein en el puesto 205.
Gales, que en comparación ocupa el puesto 29, tiene un entrenador obsesionado con las complejidades tácticas del fútbol, hasta tal punto que ha analizado tantos partidos en los que han participado los jugadores de Liechtenstein, que en su mayoría juegan a tiempo parcial, como lo había hecho con oponentes anteriores más prestigiosos, como Turquía.
Bellamy advirtió a sus jugadores que no respetar algún partido los “pillaría por sorpresa”, pero en esta ocasión no hubo tales preocupaciones, incluso si el partido no transcurrió tan bien como esperaban.
Como se esperaba, Gales monopolizó la posesión desde el primer pitido, pero tuvo que soportar unos primeros 39 minutos frustrantes.
El equipo local tuvo muchas ocasiones de gol, aunque fueron desviadas (en el caso de Wilson, Ben Davies y Rodon) o brillantemente repelidas por el portero de Liechtenstein, Benjamin Buchel, (en el caso de Brennan Johnson y Ethan Ampadu).
La irritación de Gales se vio agravada por la pérdida de tiempo de los visitantes, que comenzó a los cuatro minutos de partido, y por la meticulosa actuación del árbitro Anastasios Papapetrou.
Sin embargo, esas molestias pronto desaparecieron cuando la cabeza de Rodon hizo una fuerte conexión con el rincón de Thomas para lograr el avance.
Gales continuó asfixiando a sus oponentes después del descanso y obtuvo su recompensa cuando Dasilva lanzó un delicioso centro desde la izquierda que fue cabeceado con gratitud por Wilson, que avanzaba con ímpetu.
Los anfitriones aumentaron su ventaja poco después, cuando el suplente Brooks tuvo un disparo salvado por Buchel, pero Moore estaba presente para rematar el rebote.
Bellamy no respondió a ninguna pregunta sobre Bélgica antes de que terminara el partido, una muestra de respeto hacia Liechtenstein y un énfasis en la necesidad de Gales de centrarse en el desafío inmediato que tiene por delante.
Pero esta era probablemente una victoria rutinaria. Ahora Gales puede centrar su atención en Bruselas el lunes por la noche, la prueba más difícil de la era Bellamy hasta la fecha y un riguroso examen de las credenciales de su equipo para la Copa Mundial.

