Bajo la vigilancia de la tecnología china, la comunidad tibetana en Nepal se está asfixiando lentamente
KATMANDÚ, Nepal (AP) — En Nepal, el ojo invisible ha cambiado la vida del tibetano.
Las cámaras no son solo máquinas colocadas sobre los gruesos haces de cables que serpentean por las estrechas calles de Katmandú, Nepal. Son una presencia, un observador invisible al que los tibetanos han aprendido a temer.

En los asentamientos de refugiados de la ciudad, antaño un refugio para la comunidad, cada lente es una advertencia. Los hombres corren las cortinas antes de hablar. Las salas de oración permanecen cerradas, sus devociones silenciadas tras madera y tela. Las banderas que antes ondeaban libremente ahora cuelgan hechas jirones del alambre de púas.
Nepal es uno de al menos 150 países donde empresas chinas venden herramientas de vigilancia. Estos sistemas se han vuelto fundamentales para el impulso global de Pekín, ofreciendo a gobiernos con dificultades económicas, como el reino del Himalaya, una forma barata pero intrusiva de vigilancia policial que utiliza cámaras, algoritmos y datos como multiplicador de fuerza para el control, según una investigación de Associated Press .
En Nepal, la tecnología también se utiliza para vigilar y disuadir las actividades independentistas de los tibetanos.
Cerca de la frontera de Nepal con el Tíbet, la carretera está atascada de nieve y serpentea entre aldeas donde, según los lugareños, las autoridades chinas los han presionado para que retiren las fotografías del Dalai Lama. En Lo Manthang, antaño un santuario para quienes intentaban cruzar las montañas a escondidas, una imponente instalación de vigilancia en el lado chino ahora vigila los senderos de montaña.


