El dramaturgo Tom Stoppard , cuya erudición lúdica deslumbró al mundo teatral durante décadas, murió a los 88 años.
El sábado, United Agents informó que Stoppard falleció en su casa de Dorset, rodeado de su familia. Rindieron homenaje a la brillantez y humanidad de su obra, así como a su ingenio, su irreverencia, su generosidad y su profundo amor por el inglés.
El cantante de los Rolling Stones, Mick Jagger, fue uno de los que recordaron a un “gigante” del teatro que era “sumamente intelectual y muy divertido en todas sus obras y guiones”. “Amaba la música clásica y popular por igual, la cual a menudo figuró en su vasta obra”, dijo Jagger. “Era un amigo y compañero divertido y discretamente sardónico. Siempre lo extrañaré”.
Nicholas Hytner, quien dirigió la obra de Stoppard, The Hard Problem, en el Teatro Nacional de Londres hace diez años, comentó: «Los imponentes logros de Tom se debieron a una generosidad y una curiosidad asombrosas por el trabajo de otros. Sus estanterías estaban repletas de obras de otros dramaturgos. Parecía verlo todo, y era preciso y emocionante al escribir sobre lo que le gustaba».
“Fue un gran escritor y un presentador legendario, pero quienes tuvimos la suerte de conocerlo y trabajar con él lo recordaremos como una persona excepcional que mejoró las vidas que tocó”.
La Sociedad de Teatro de Londres anunció que los teatros del West End apagarán sus luces durante dos minutos el martes en su memoria. Su presidente, Kash Bennett, afirmó que la extraordinaria voz de Stoppard transformó el teatro moderno, combinando audacia intelectual, profundidad emocional e ingenio agudo en una obra que desafió, conmovió y deleitó a públicos de todas las generaciones.
En una publicación en X , el director Rupert Goold escribió: “La magia de Tom Stoppard estaba presente en todo lo que escribió, pero también era el hombre más amable, más solidario y más generoso”.
La autora Kathy Lette lo llamó “una de las personas más ingeniosas que he conocido” y dijo en X que “una conversación con él te dejaba atónito ante sus ocurrencias irreverentes e imaginativas”.
Uno de los pocos escritores de cualquier disciplina que se ganó su propio adjetivo –“Stoppardian”– en el Oxford English Dictionary, se deleitó con las yuxtaposiciones más improbables: filosofía y gimnasia en Jumpers (1972); jardinería paisajística de principios del siglo XIX y teoría del caos en Arcadia (1993); música rock, académicos checos disidentes y la poesía amorosa de Safo en Rock ‘n’ Roll (2006).
Una nueva obra de Stoppard ha sido un acontecimiento internacional desde que Rosencrantz y Guildenstern están muertos, protagonizada por dos oscuros cortesanos shakespearianos, fue descubierta en el Fringe de Edimburgo en 1966 y desarrollada por el Teatro Nacional.
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Combinó más de 30 obras de teatro con un flujo constante de trabajos para televisión y radio, y con guiones que incluían una adaptación de La casa Rusia de John le Carré, Brazil de Terry Gilliam y un crédito conjunto por el guión ganador del Oscar de Shakespeare in Love .
Pero su influencia fue mucho más allá de lo que sugieren sus créditos en pantalla: era el guionista de referencia para superproducciones que necesitaban un poco de brillo y pulimiento (como Indiana Jones y la Última Cruzada y la aventura de Star Wars, La Venganza de los Sith). Steven Spielberg una vez lo sacó de la ducha con una llamada urgente para hablar sobre un problema con La Lista de Schindler .
Stoppard se casó tres veces y era famoso por su sociabilidad. El dramaturgo Simon Gray captó parte de su encantadora vida cuando bromeó: «De hecho, uno de los logros de Tom es que nadie le envidia nada, salvo posiblemente su belleza, su talento, su dinero y su suerte. Ser tan envidiable sin ser envidiado es bastante envidiable, si lo piensas».
Su primera infancia no fue auspiciosa. Nacido como Tomáš Straussler en Checoslovaquia, aún no tenía dos años cuando sus padres judíos huyeron de la invasión nazi de 1939 a Singapur. Tres años después, fue evacuado a la India con su madre y su hermano, dejando a su padre abandonado, enfrentándose a un enfrentamiento fatal con la ocupación japonesa como oficial médico del ejército. Tras la muerte de su padre, su madre se casó con un mayor del ejército británico, Kenneth Stoppard, quien adoptó a los niños y trasladó a la familia de vuelta a Inglaterra después de la guerra.
Joshua McGuire y Daniel Radcliffe en Rosencrantz y Guildenstern en el Old Vic en 2017.
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Stoppard dejó la escuela a los 17 años, inicialmente para convertirse en periodista del Western Daily Press de Bristol.
