
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó el viernes que la Tierra ya no puede sostener la dependencia de la humanidad de los combustibles fósiles y advirtió que la lucha contra el cambio climático podría perderse sin una rápida transición hacia energías más limpias.
El líder izquierdista habló en una cumbre en la Amazonía brasileña donde jefes de Estado y de Gobierno imploraron a las naciones que comenzaran a abandonar el carbón, el petróleo y el gas, responsables de la mayor parte de las emisiones que calientan el planeta.
Las pruebas del peligroso calentamiento nunca han sido más claras: la última década ha sido la más calurosa jamás registrada, marcada por huracanes, olas de calor e incendios forestales cada vez más intensos.
Lula afirmó que abordar la cuestión urgente del futuro de la energía determinará “el éxito o el fracaso en la lucha contra el cambio climático”.
“La Tierra ya no puede sostener el modelo de desarrollo basado en el uso intensivo de combustibles fósiles que ha prevalecido durante los últimos 200 años”, dijo en Belém, donde la próxima semana dará comienzo la conferencia anual de la ONU sobre el clima, conocida como COP 30.
Esto ocurre dos años después de que las naciones del mundo acordaran “abandonar gradualmente las energías renovables”.
Brasil espera contar con una hoja de ruta para alcanzar este objetivo, pero se ha topado con resistencia.
La secretaria de Ambiente de México, Alicia Bárcena, declaró a la AFP que “fijar una fecha específica para la eliminación de los combustibles fósiles siempre es problemático porque todavía hay muchos países productores de petróleo”.
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“Es muy difícil lograr que todos estén de acuerdo en eliminarlos para 2030, por ejemplo. Pero se puede proponer como un objetivo a largo plazo”, dijo.
Lula preside las negociaciones climáticas apenas unas semanas después de que su gobierno aprobara nuevas perforaciones petrolíferas en la región amazónica.
La ministra de Medio Ambiente de Ruanda, Bernadette Arakwiye, subrayó que los países se enfrentan a una difícil decisión.
“Podemos continuar con un progreso gradual mientras el planeta arde, o podemos estar a la altura de la magnitud de esta crisis”, dijo.
- Impuesto sobre vuelos de lujo –
La ausencia de los líderes de los países más contaminantes del mundo —incluidos los Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump ha desestimado la ciencia climática como un “engaño”— ha ensombrecido las conversaciones, pero también ha catalizado los llamamientos a una mayor movilización.
Francia, España y Kenia se encuentran entre un grupo de países que lideran una iniciativa para imponer un nuevo impuesto a los viajes aéreos de lujo, basada en la idea de que los pasajeros de primera clase deberían pagar más por su desmesurada contribución al calentamiento global.
“Es justo que quienes tienen más y contaminan más paguen lo que les corresponde”, declaró el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en la cumbre.
Es seguro que la iniciativa se enfrentará a la oposición del sector de la aviación, responsable de aproximadamente el 2,5 por ciento de las emisiones de carbono del mundo.
- Apoyo a la hoja de ruta –
El cambio climático ha perdido prioridad a medida que las naciones lidian con presiones económicas, disputas comerciales, guerras y el agresivo impulso de la administración Trump a favor de más combustibles fósiles.


