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La gira de cinco días del presidente Donald Trump por Asia, su primer viaje importante al extranjero desde su regreso al cargo, comenzó el 25 de octubre de 2025, en medio del cierre del gobierno estadounidense que entró en su día número 27.
El itinerario se centra en negociaciones comerciales, seguridad de la cadena de suministro y cumbres multilaterales, con paradas en Malasia (Cumbre de la ASEAN), Japón y Corea del Sur (Cumbre de la APEC).
Una posible reunión paralela con el presidente chino, Xi Jinping, en Corea del Sur, e incluso una extensión para reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong Un, en la Zona Desmilitarizada (DMZ), siguen sobre la mesa.
Hasta la fecha, el viaje ha cosechado importantes logros diplomáticos y económicos, aunque ha generado críticas internas por llevarse a cabo durante el cierre.
El viaje ya ha influido en las relaciones entre EE. UU. y Asia en los ámbitos económico, diplomático y nacional
El acuerdo preliminar entre EE. UU. y China sobre temas clave ha estabilizado el mercado mundial de la soja, aliviando la presión de los aranceles del 157 % impuestos por Trump a los productos chinos (con una amenaza de aumento del 100 % prevista para el 1 de noviembre).
Trump prevé un acuerdo completo en cuestión de días, lo que podría evitar una escalada.
El compromiso japonés de 550 000 millones de dólares se centra en la infraestructura y la tecnología estadounidenses, mientras que el acuerdo sobre minerales con Tailandia impulsa recursos críticos como las tierras raras, reduciendo la dependencia de China.
Los países del sudeste asiático, como Vietnam y Tailandia, han buscado acuerdos bilaterales rápidos para mitigar los cambios más amplios en la política estadounidense.
Wall Street alcanzó máximos históricos el 27 de octubre, y los analistas pronostican una “fusión al alza” hacia 2026 si las conversaciones con China prosperan, impulsando sectores como el tecnológico (por ejemplo, TSMC, Samsung) y el de las criptomonedas (el bitcoin podría alcanzar los 150.000 dólares).
Los Acuerdos de Paz de Kuala Lumpur marcan un gran avance en las disputas fronterizas entre Tailandia y Camboya, y Trump posiciona a Estados Unidos como un pacificador. La adhesión de Timor Oriental a la ASEAN fue celebrada, lo que fortaleció los lazos de Estados Unidos en el Sudeste Asiático.
Las exigencias previas al viaje sobre tierras raras, fentanilo y soja marcaron un tono de confrontación, pero las conversaciones indican una distensión.
Las alianzas entre Japón y Corea del Sur se están poniendo a prueba en medio de tensiones arancelarias.
La invitación pública de Trump a Kim Jong Un subraya su estilo impredecible, mientras que las afirmaciones de liderazgo en inteligencia artificial buscan contrarrestar el dominio tecnológico chino.
Como el primer presidente en viajar al extranjero durante un cierre, Trump enfrenta críticas por priorizar los viajes al extranjero sobre asuntos de Estados Unidos, como el impago de salarios de los trabajadores federales y la suspensión de las prestaciones del SNAP. Una donación anónima de 130 millones de dólares garantizó el pago de salarios militares, pero se avecinan interrupciones en la ayuda alimentaria.
Los resultados del viaje tienen efectos dominó a corto y largo plazo, que equilibran las ganancias con los riesgos
Victorias de “América Primero”. Los acuerdos iniciales refuerzan la imagen de Trump como negociador, lo que podría generar miles de millones de dólares en empleos e inversiones en Estados Unidos.
El equilibrio de la soja beneficia a los agricultores estadounidenses, cumpliendo así las promesas de la guerra comercial de 2018.
La reducción de las amenazas arancelarias podría estabilizar las cadenas de suministro de Asia-Pacífico, beneficiando a aliados de Estados Unidos como Japón y Corea del Sur.
Los acuerdos de paz fortalecen el poder blando de Estados Unidos en una región volátil. El optimismo ha impulsado el aumento repentino de las criptomonedas (por ejemplo, Ethereum, cerca de los 5500 dólares), en consonancia con la postura proinnovación de Trump.
La economía de Corea del Sur sigue presionada por aranceles sin resolver, lo que retrasa un pacto comercial entre Estados Unidos y Corea del Sur. El Sudeste Asiático expresa un “temor persistente” ante los impredecibles recortes de la ayuda estadounidense y el proteccionismo.
Un fracaso en las conversaciones con Xi podría desencadenar la subida de aranceles en noviembre, desatando una guerra comercial y una recesión mundial. Las reflexiones de Trump sobre su tercer mandato durante el viaje han alimentado debates constitucionales en su país.
Los críticos, incluidos los demócratas, destacan el coste humano del cierre (por ejemplo, 42 millones de personas en riesgo de recibir cupones de alimentos), presentando el viaje como insensible. Momentos virales como el baile de Malasia han polarizado las redes sociales, con memes que amplifican tanto el apoyo como las burlas.
A partir del 27 de octubre, el viaje de Trump a Asia ha tenido un comienzo sólido, consolidando su reputación como negociador de alto riesgo con logros tangibles en minerales, inversiones y avances preliminares con China.
Estos resultados podrían reestructurar los déficits comerciales y las cadenas de suministro de Estados Unidos si se concretan en Seúl. Sin embargo, el riesgo de sufrir consecuencias económicas si las conversaciones se deterioran, agravando los problemas del cierre de gobierno y la ansiedad de los aliados.
En general, la gira ejemplifica el enfoque de “dado de hierro” de Trump: audaz, oportunista y polarizador, y el éxito depende de la reunión con Xi. Los primeros indicadores sugieren más avances que fracasos, pero el veredicto final se dará a conocer al final del viaje, el 30 de octubre.

