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El 26 de octubre de 2025, el Real Madrid derrotó al FC Barcelona por 2-1 en el primer Clásico de la temporada 2025-26 de LaLiga en el Estadio Santiago Bernabéu. Kylian Mbappé abrió el marcador en el minuto 22 con un remate raso asistido por Jude Bellingham, antes de que Fermín López empatara para el Barcelona en el minuto 38 tras una pérdida de balón en el centro del campo.
Bellingham anotó el gol de la victoria justo antes del descanso, en el minuto 43, al rematar tras una falta de Pedri sobre Vinícius Júnior.
La segunda mitad estuvo llena de emoción, incluyendo un penalti atajado a Mbappé en el minuto 52 por Wojciech Szczęsny y una roja a Pedri en los últimos minutos por doble amarilla, lo que desató riñas en la banda entre jugadores como Vinícius Júnior y Lamine Yamal. Impacto
Esta victoria marcó un giro crucial en la eterna rivalidad, rompiendo la racha de cuatro derrotas consecutivas del Real Madrid contra el Barcelona en todas las competiciones de la temporada anterior, una sequía que había generado un intenso escrutinio sobre la plantilla. Tácticamente, destacó la precisión del Madrid en el aprovechamiento de las transiciones y las jugadas a balón parado, mientras que la alta línea defensiva del Barcelona fue repetidamente superada desde el principio.
En términos generales, la victoria impulsó al Real Madrid a cinco puntos de ventaja en la cima de La Liga tras 10 jornadas, ampliando su racha dominante a 12 victorias en 13 partidos esta temporada (su única derrota fue un 5-2 ante el Atlético de Madrid en septiembre).
Para el Barcelona, que sigue segundo pero ahora con una desventaja considerable, expuso las vulnerabilidades de su defensa y su definición, contribuyendo a su tercera derrota en todas las competiciones esta temporada (incluyendo una derrota en la Champions League ante el PSG y una goleada en La Liga ante el Sevilla).
El impulso psicológico para el Madrid con el nuevo entrenador Xabi Alonso es innegable; Su sereno manejo del juego, pasando de una primera parte abierta a una segunda controlada, fue elogiado como su primera gran declaración en el encuentro.
La derrota del Barcelona, por su parte, amplificó las dudas sobre sus aspiraciones al título, especialmente tras las declaraciones de Yamal antes del partido, quien fue neutralizado eficazmente por la defensa del Madrid.
Las consecuencias inmediatas incluyeron repercusiones disciplinarias: la tarjeta roja a Pedri probablemente resultará en una suspensión, dejando al centro del campo del Barcelona fuera de juego para los próximos partidos y obligando a Hansi Flick a reorganizar su plantilla.
La tensión posterior al partido se intensificó hasta casi llegar a una pelea, con Vinícius Júnior sujeto tras confrontar a Yamal por sus comentarios, y Raphinha, del Barcelona, interviniendo desde la grada, lo que podría generar multas o la supervisión de la UEFA dada la atención mundial del encuentro.
En cuanto a los jugadores, el penalti fallado a Mbappé (uno de los dos goles anulados por fuera de juego) generó reacciones diversas, pero subrayó su peligrosidad (un gol y una asistencia), mientras que las dos contribuciones de Bellingham lo posicionaron como candidato al Balón de Oro y posible titular con la selección inglesa bajo el mando de Thomas Tuchel.
Para el Barcelona, el gol del empate, obra de López (asistido en medio de una rotación en el mediocampo), demostró el impacto de la incorporación de Marcus Rashford tras su cesión/debut, pero los fallos defensivos —concediendo dos goles en 21 minutos de la primera parte— podrían minar la confianza de cara a los partidos de la Champions League.
El Madrid, por el contrario, se benefició de la resiliencia defensiva (Dean Huijsen se asoció eficazmente con Éder Militão a pesar de la ausencia de los laterales derechos), pero el error de Arda Güler que provocó la concesión puso de manifiesto los riesgos de rotación.
La ventaja del Real Madrid se basó en una brillantez individual superior —la maestría integral de Bellingham (asistencia y gol) y la velocidad de Mbappé, que desmanteló la presión del Barcelona—, sumada a la perspicacia táctica de Alonso para bajar la intensidad tras el descanso y aguantar el empuje del Barcelona en la segunda mitad.
Las heroicas jugadas de Szczęsny mantuvieron el partido cerca, pero los despilfarros del Barcelona (por ejemplo, el cabezazo fallado de Jules Koundé) y las faltas disciplinarias resultaron muy caros, reforzando la posición del Madrid como líder de La Liga.
Este Clásico redefine la narrativa de la rivalidad: la sequía del Madrid ha terminado, impulsando su búsqueda del triplete, mientras que el Barcelona debe reorganizarse para recortar distancias. Como señaló Aurélien Tchouaméni tras el partido: «Solo son tres puntos», pero en términos de El Clásico, es una declaración de intenciones contundente para la temporada.

