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El tiroteo ocurrido en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) el 16 de octubre de 2025 causó importantes disturbios y daños inmediatos en el campus.

Un individuo armado ingresó a las instalaciones universitarias alrededor de las 3:30 p. m., portando una escopeta calibre 12 (descrita en algunos informes como una pistola de perdigones), y abrió fuego cerca del Economato Universitario, contra el personal de seguridad.


Esto provocó pánico y caos generalizados entre estudiantes, profesores y personal administrativo, muchos de los cuales huyeron de la zona y las actividades universitarias se paralizaron temporalmente.
Los informes sobre víctimas varían ligeramente según las fuentes, pero generalmente indican que al menos dos guardias de seguridad resultaron heridos: Juan Manuel Méndez (o “Manpirín”) y Ligel (o Lyedger) Encarnación (o Peña Encarnación), quienes se encontraban en servicio de vigilancia y requirieron hospitalización, y uno de ellos fue sometido a cirugía.

Algunos relatos confirman una víctima mortal, mientras que otros solo reportan lesiones sin muertes, lo que sugiere una posible confusión en los informes iniciales o que uno de los heridos falleció posteriormente. No se reportaron estudiantes ni otros civiles heridos.
El incidente interrumpió las operaciones normales, con una fuerte presencia policial fuera del campus debido a las reglas de autonomía de la UASD, que restringen la entrada de las fuerzas del orden sin permiso.

Tras el incidente, el tirador huyó a un centro comercial cercano, donde fue interceptado y detenido por la seguridad del centro antes de ser entregado a las autoridades universitarias y posteriormente a la Policía Nacional.
Durante su arresto, el sospechoso sufrió lesiones leves, incluyendo contusiones y una herida en la cabeza, y fue trasladado a un centro de salud bajo custodia policial para recibir atención médica.

La universidad emitió un comunicado lamentando el incidente e instando a la comunidad a mantener la calma, seguir los protocolos de seguridad y evitar la difusión de rumores.
La Asociación de Empleados Universitarios también respondió, brindando apoyo a los miembros de seguridad afectados. Las consecuencias más amplias incluyen una investigación conjunta en curso por parte de la Policía Nacional y el Ministerio Público para determinar todas las circunstancias, la posible participación de terceros y la presentación de cargos legales contra el tirador.

No se anunciaron cambios inmediatos en las políticas universitarias ni cierres, pero el incidente puso de relieve la continua preocupación por la seguridad en las instituciones públicas de la República Dominicana.
El tirador fue identificado como Alexander Jiménez Galván, estudiante de derecho de 35 años de la UASD, residente en Santo Domingo Oeste.

Informes preliminares sugieren que el motivo del tiroteo se derivó de una disputa previa en la que Galván sintió que sus derechos fueron violados, posiblemente relacionada con un incidente no resuelto con personal de seguridad que lo dejó insatisfecho y derivó en amenazas.


Sin embargo, las investigaciones siguen siendo preliminares, sin conclusiones definitivas sobre el detonante exacto ni si fue premeditado.
Una afirmación sin fundamento de Fernando Abreu, presidente del partido Patria Libre, alegó que el tiroteo fue un “autoataque” orquestado por grupos violentos de izquierda dentro de la UASD para implicarlo falsamente a él y a sus allegados, aunque esto parece ser una denuncia partidista y no una constatación oficial.
Las autoridades no han publicado conclusiones finales, ya que la investigación continúa, pero el incidente pone de relieve las vulnerabilidades de la seguridad del campus y la necesidad de mejores mecanismos de resolución de conflictos en las instituciones educativas.

