En el tercer juego de la Serie Divisional de la Liga Americana de 2025, el 7 de octubre (jugado hasta la madrugada del 8 de octubre debido a un retraso de tres horas por lluvia), los Marineros de Seattle derrotaron a los Tigres de Detroit 8-4 en el Comerica Park, tomando una ventaja imponente de 2-1 en la serie.
El juego se caracterizó por la ofensiva oportunista de Seattle y los errores defensivos de Detroit, con los Marineros capitalizando errores y entregando potencia al plato. Logan Gilbert dominó para Seattle con 6 entradas de 4 hits (1 carrera limpia, 7 ponches), mientras que el abridor de los Tigres, Jack Flaherty, tuvo dificultades, permitiendo 5 carreras en 4 entradas.
La serie ahora se centra en un cuarto juego crucial para Detroit, el 8 de octubre a las 3:08 p. m. ET (FS1), con Casey Mize enfrentándose a Bryce Miller. Un quinto juego, de ser necesario, sería el 10 de octubre en Seattle. Impactos Clave
Fuegos Artificiales Ofensivos para Seattle: Los Mariners explotaron con 8 carreras y 10 hits, incluyendo tres jonrones que demostraron su potencial tras un comienzo de serie flojo.
Esta actuación resaltó la capacidad de Seattle para generar carreras a raudales, con anotaciones tempranas (dos en la tercera entrada tras un error de los Tigers) que marcaron un tono agresivo que Detroit no pudo igualar hasta una remontada tardía e inútil.
Una tercera entrada descuidada, marcada por una bola pasada del receptor Dillon Dingler y un desafío fallido en una jugada cerrada en el plato, le dio a Seattle una ventaja temprana de 1-0.
Estos errores agravaron la mala actuación de Flaherty, subrayando la vulnerabilidad de los Tigers en situaciones de alta presión a pesar de su sólido final de temporada regular (87-75).
La eficiencia de Gilbert (13.1 puntos Box-Toppers en 2025, décimo entre los lanzadores de la Liga Americana) neutralizó la alineación de Detroit, que solo conectó 7 hits y se fue de 1-8 con RISP hasta la hora de la basura.
Esta victoria refuerza la profundidad del bullpen de Seattle de cara al cuarto juego, mientras que el cuerpo de lanzadores de Detroit enfrenta un mayor escrutinio tras permitir 11 carreras en los primeros tres juegos.
Seattle ahora necesita solo una victoria en los próximos dos juegos para avanzar a la Serie de Campeonato de la Liga Americana por primera vez desde 2001, lo que pone una enorme presión sobre unos Tigres que deben barrer los dos últimos para extender su improbable racha en los playoffs.
Una derrota en el Juego 4 eliminaría a Detroit, terminando su temporada con tristeza tras una contundente victoria por el Comodín sobre Cleveland. Por el contrario, una victoria de los Tigres obliga a un decisivo Juego 5, donde la ventaja de local de Seattle (51-30 en el T-Mobile Park) podría ser crucial.
La victoria de los Mariners como visitantes en un ambiente hostil y lluvioso llena de energía su vestuario, con estrellas como Cal Raleigh (primer jonrón en postemporada) y Eugenio Suárez (jonrón solitario) ganando confianza.
Para Detroit, la derrota desalienta a la afición que anhela su primer partido de playoffs en casa en años, lo que intensifica las peticiones de ajustes en la alineación y la estrategia, especialmente al depender de bateadores jóvenes como Riley Greene y Spencer Torkelson para que brillen desde el principio.
Este resultado mantiene la fluidez en el cuadro de la ALDS, con Seattle posicionado como un caballo negro ante posibles rivales de la ALCS como los Yankees (que también ganaron el tercer partido). Para Detroit, la eliminación pondría fin a un resurgimiento positivo, pero destacaría las necesidades de pitcheo abridor y defensa en la pretemporada. Los mercados de apuestas han cambiado, y los Mariners ahora son favoritos con una cuota de -150 para cerrar la serie.

Este juego expuso el potencial de los Mariners como un contendiente equilibrado, capaz de abrumar a sus oponentes cuando conectan bates, validando su temporada regular de 90-72 como algo más que una cortina de humo.
Para los Tigers, fue un duro recordatorio de que la pasión y la energía local por sí solas no pueden superar las fallas de ejecución en octubre, aunque su racha de tres carreras en la novena entrada (sin outs) insinúa una lucha sin explotar. Se espera una recuperación desesperada y soleada de Detroit en el Juego 4, pero el impulso de Seattle los convierte en la apuesta más segura para avanzar. En general, la serie encarna el caos de la ALDS: a un swing (o error) de cambiar el guion, con la serenidad de Seattle dándoles la ventaja en un posible partido decisivo.

