Por Grok
Rafael Devers fue traspasado de los Medias Rojas de Boston a los Gigantes de San Francisco en junio de 2025, una decisión que desató una gran controversia.
David Ortiz, leyenda de los Medias Rojas y miembro del Salón de la Fama, expresó opiniones sobre la situación de Devers que tuvieron repercusiones notables, influyendo en la percepción pública, la afición y la narrativa mediática.
Relación tensa entre Ortiz y Devers: Los comentarios críticos de Ortiz, incluyendo acusaciones de falta de comunicación y madurez de Devers, dañaron su relación personal y profesional.
Ortiz reveló que intentó repetidamente ser mentor de Devers, pero recibió poca respuesta, afirmando: “Cuando un miembro del Salón de la Fama te busca, quiere ayudarte, y no dejas que te ayude, ese es tu problema”.
También compartió una imagen de mensajes de texto sin respuesta a Devers, lo que evidencia una falla en la comunicación.
La breve respuesta de Devers: “Quiero a Papi. Sé que le encantan los medios. Puede decir lo que quiera”, sugirió una tensión subyacente, pero evitó la confrontación directa. Esta ruptura pública desvió la atención del rendimiento de Devers en el campo a la dinámica personal, eclipsando sus contribuciones a los Red Sox.
Reacción negativa y polarización de la afición: Los comentarios de Ortiz, en particular su afirmación de que Devers les faltó el respeto a los Red Sox al llegar a los entrenamientos de primavera en baja forma y negarse a jugar en primera base, distanciaron a algunos aficionados.
Publicaciones en redes sociales sobre X e informes web indicaron que los aficionados se volvieron contra Ortiz, con comentarios como: “¿Cuándo estuvo Ortiz en forma?” y “Todos deberíamos agradecer al jugador más sobrevalorado de la historia de la MLB por tomarse el tiempo de su día para corregir a un jugador”.
Otros defendieron a Ortiz, considerándolo una figura leal de los Red Sox que criticaba a un jugador que no priorizaba las necesidades del equipo.
Esta polarización profundizó la controversia, y los aficionados debatieron si la crítica de Ortiz era justa o hipócrita, dado su propio historial como bateador designado con limitaciones defensivas.
Amplificación mediática del drama: Los comentarios de Ortiz generaron una amplia cobertura mediática, intensificando el escrutinio sobre el traspaso de Devers.
Medios como The Athletic, Newsweek y ESPN informaron sobre la perspectiva de Ortiz de que el ego de Devers y su negativa a adaptarse (por ejemplo, al rechazar la primera base tras la lesión de Triston Casas) contribuyeron al traspaso.
Su publicación en Instagram criticando a Devers —”La cuestión es que para tener a alguien así en Boston no solo tienes que ser un bateador… Tienes que ser un jugador completo”— fue ampliamente discutida, con hilos de Reddit y publicaciones de X-Men que la analizaron como una crítica a las deficiencias defensivas de Devers.
El frenesí mediático mantuvo la saga del traspaso en el centro de atención, presentando a Devers como un jugador talentoso pero inflexible y a Ortiz como un portavoz de la lealtad a la organización.
Cambio en la narrativa sobre la gestión de Devers: El apoyo inicial de Ortiz a Devers, como defender su negativa a jugar en primera base en junio de 2025, contrastó marcadamente con sus críticas posteriores.
Su cambio de postura —sugiriendo que Devers debía “dejar el ego a un lado” y que “nadie es indispensable”— transformó la narrativa de Devers, pasando de ser una víctima de la mala gestión de los Red Sox a un jugador cuya actitud aceleró su salida.
Este cambio influyó en la percepción del legado de Devers en Boston, ya que algunos lo consideraban menos comprometido que íconos de los Red Sox como Ortiz, a pesar de su promedio de bateo de .272 y un OPS de .905 en 2025.
Impacto en la organización y la afición de los Red Sox:
Los comentarios de Ortiz coincidieron con la perspectiva de la directiva de los Red Sox, lo que reforzó la justificación del traspaso. Hizo hincapié en la autoridad organizacional, afirmando: “La organización siempre estará ahí. Los jugadores van y vienen”.
Esta postura pudo haber ayudado a mitigar la indignación de los aficionados por el traspaso de una estrella local, aunque también generó críticas de quienes consideraban que Ortiz estaba compitiendo para conseguir la titularidad. El traspaso en sí, sumado a las declaraciones de Ortiz, puso de relieve la disfunción interna, ya que la frustración pública de Devers con el mánager Alex Cora y el director de béisbol Craig Breslow ya había mermado la cohesión del equipo.
Respuesta y adaptación de Devers: El traspaso de Devers a los Giants marcó un nuevo comienzo, y expresó su disposición a jugar en cualquier posición para su nuevo equipo, un contraste con su etapa en Boston. Ortiz reconoció este cambio positivamente, diciendo: “Es fantástico que finalmente hayas seguido mi consejo”, sugiriendo que sus críticas podrían haber influido indirectamente en la mentalidad de Devers. Sin embargo, la naturaleza pública de las críticas de Ortiz probablemente aumentó la presión sobre Devers para demostrar su valía en San Francisco, donde se unió a un equipo competitivo a solo dos juegos del liderato de la División Oeste de la Liga Nacional.
Perspectiva Crítica: Si bien las opiniones de Ortiz tenían peso debido a su estatus de miembro del Salón de la Fama y su legado en los Medias Rojas, no estaban exentas de defectos. Su propia carrera incluyó disputas contractuales y un positivo en una prueba de drogas en 2003 relacionado con esteroides, lo que algunos aficionados citaron para cuestionar su autoridad moral. Además, el rol de Ortiz como asistente especial del Grupo Deportivo Fenway de los Medias Rojas generó sospechas de parcialidad, y los usuarios de Reddit especularon que era un “jugador descuidado”. La gestión de los Medias Rojas con Devers, incluyendo la contratación de Alex Bregman y la promoción de cambios de posición sin una cláusula de no intercambio en el contrato de $313.5 millones de Devers, sugiere errores organizacionales que los comentarios de Ortiz desviaron parcialmente. La verdad probablemente resida en una combinación de la resistencia de Devers, la mala comunicación y las decisiones de la gerencia, más que únicamente en el ego que Ortiz enfatizó.
Conclusión: Las opiniones de David Ortiz sobre el caso de Rafael Devers amplificaron las consecuencias del traspaso, tensando su relación, polarizando a la afición y alimentando la narrativa mediática. Sus críticas se centraron en las deficiencias percibidas de Devers, lo que influyó en la percepción del traspaso, aunque también expusieron a Ortiz a acusaciones de hipocresía y parcialidad. La adaptabilidad de Devers con los Gigantes sugiere un crecimiento potencial, pero la saga subrayó problemas más profundos dentro de la organización de los Medias Rojas. El impacto a largo plazo en el legado de Devers y la reputación de Ortiz está por verse, pero el episodio puso de relieve la compleja interacción entre la lealtad, el ego y los negocios en el béisbol.

