Por Arsenal
La historia se repitió cuando volvimos a vencer al Real Madrid en el Bernabéu y reservamos una cita con el Paris Saint-Germain en las semifinales de la Liga de Campeones.
Bukayo Saka falló un penalti tempranero que nos habría dado una ventaja global prácticamente inalcanzable de cuatro goles, pero se redimió en el minuto 65 al culminar una gran jugada para poner el 4-0 en el global.
Dos minutos más tarde, Vinicius Jr. aprovechó una duda defensiva para acortar distancias, pero en el tiempo añadido de la segunda mitad, Gabriel Martinelli se escapó para ganar el partido, convirtiéndonos en el primer equipo inglés en ganar dos veces en el Bernabéu y extendiendo nuestra racha invicta europea a ocho partidos, nuestra racha más larga desde que llegamos a la final en 2006. Ahora estamos a solo un paso de volver a la final.
Drama de penaltis
Un Bernabéu bullicioso recibió a los jugadores en el campo mientras intentaban darle un poco de vida a la eliminatoria, pero la historia estaba de nuestra parte y había que remontarse cuatro décadas atrás para la última vez que el Madrid revirtió un déficit de tres goles en la ida de un partido de ida en Europa, y eso nunca pareció suceder contra nuestra resuelta defensa.
A pesar de tener una ventaja de tres goles, no estábamos con ánimo de quedarnos de brazos cruzados y proteger lo que teníamos, y lo demostramos desde el principio. Saka remató desviado tras una buena recuperación del balón por parte de Jurrien Timber en la frontal del área del Madrid, antes de que el extremo obligara a Thibaut Courtois a realizar una buena parada con un disparo similar desde 20 metros.
Tras el córner resultante en el minuto 10, tuvo una gran oportunidad de sentenciar el partido cuando el VAR vio a Raúl Ascencio desviando a Mikel Merino justo cuando el balón entraba en el área, y se pitó penalti. Saka se adelantó para lanzarlo, pero Courtois despejó su intento de paneka, lo que llenó de optimismo a la afición local.
Pero a mitad de la primera parte, se produjo otra polémica con los penaltis. El centro de Lucas Vázquez fue desviado por Ascensio hacia Kylian Mbappé, quien cayó cerca de Declan Rice. Parecía un tiro suave, pero el árbitro François Letexier señaló el punto de penalti al instante, ante la incredulidad de nuestros jugadores. Afortunadamente, Stephanie Frappert, del VAR, tuvo sentido común y, a los cinco minutos, la decisión fue anulada.
Esos momentos de infarto podrían habernos hecho perder el ritmo, pero mostramos mucha valentía para mantener a raya a nuestros rivales. Una serie de tapones y una sólida defensa nos permitieron limitar a los blancos a cero disparos a portería en la primera parte, y de hecho estuvimos muy cerca de marcar cuando, en el largo tiempo añadido, Gabriel Martinelli remató desde un ángulo muy cerrado a Courtois.
Goles en ambos extremos
Transcurrirían 10 minutos más de la segunda parte hasta que David Raya por fin se ensució los guantes, y a nuestro portero le fue sencillo parar el disparo de Rodrygo desde dentro del área.
Pero en el minuto 64, añadimos otro gol a nuestra ventaja para asegurarnos el pase a semifinales. Una buena jugada de pases entre Saka, Odegaard y Rice permitió que nuestro capitán le diera un pase preciso a Saka, quien con serenidad remató el balón por encima de Courtois para marcar su quinto gol en siete partidos de Champions League esta temporada, provocando la euforia de los Gooners visitantes.
Nuestra ventaja de cuatro goles solo duró 111 segundos, ya que una confusión en defensa permitió al Real Madrid empatar rápidamente. Raya le pasó el balón a William Saliba, quien había estado magnífico todo el partido, pero en esta ocasión se entretuvo con el balón y Vinicius Jr. se lo robó y lo metió a la portería vacía para devolvernos al punto de partida.
Martinelli lo gana
Pero no permitimos que los anfitriones aprovecharan ese momento y, de hecho, Mbappé abandonó el campo sin poner a prueba a Raya gracias a la excelente defensa de Saliba y Jakob Kiwior.
Odegaard casi ganó para nosotros en el final cuando lanzó un disparo hacia atrás en su antigua zona de confort, y Brahim Díaz y Endrick desperdiciaron buenas oportunidades antes de que consiguiéramos el gol que coronó una magnífica exhibición de ida y vuelta.
Un rápido contraataque permitió a Merino habilitar a Martinelli desde la línea media, y éste envió el balón más allá de Courtois para darnos otro momento para recordar de estos dos partidos contra el Madrid, que aún no nos ha ganado en cuatro encuentros.
Pero lo más importante es que el resultado nos aseguró nuestra tercera semifinal de la Liga de Campeones, y nuestros pensamientos se dirigirán rápidamente a la visita de los ganadores del título francés a finales de mes.
