Shaimaa Khalil, BBC
La coalición liderada por el gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) de Japón perdió su mayoría en el Parlamento, su peor resultado en más de una década.
Los partidos de oposición obtuvieron más de la mitad de los escaños en la cámara baja, según mostraron los resultados electorales provisionales.
Cuando quedaban 22 escaños por declarar, el PLD y su socio de coalición, el mucho más pequeño Komeito, habían ganado 208 escaños frente a los 235 de la oposición.
Un partido necesita una mayoría de 233 escaños en la cámara baja del Parlamento, la Dieta, para gobernar en solitario.
El resultado de las elecciones generales ha generado incertidumbre sobre cómo se gobernará la cuarta economía más grande del mundo.
El mayor partido de oposición, el Partido Democrático Constitucional (CDP), había ganado 143 escaños alrededor de las 02:00 JST (17:00 GMT), según NHK.
La elección fue convocada por el nuevo líder del PLD, Shigeru Ishiba, tres días después de ser elegido como nuevo líder, antes de haber sido juramentado oficialmente como primer ministro.
“Los votantes nos han dado un veredicto duro y tenemos que aceptar humildemente este resultado”, dijo a NHK.
Esto llega después de unos años tumultuosos para el PLD, que vio una “cascada” de escándalos, una apatía generalizada de los votantes y índices de aprobación récord.
El partido había registrado índices de aprobación inferiores al 20% a principios de año, a raíz de un escándalo de corrupción en la recaudación de fondos políticos.
Sin embargo, los partidos de oposición no han logrado unirse ni convencer a los votantes de que son una opción viable para gobernar.
El principal partido de oposición tenía un índice de aprobación de sólo el 6,6% antes de que se disolviera el parlamento.
“Es muy difícil tomar decisiones para elegir partidos, creo que la gente está perdiendo el interés”, dijo Miyuki Fujisaki, partidaria del PLD desde hace mucho tiempo que trabaja en el sector de residencias de ancianos, a la BBC antes de la apertura de las urnas.
El PDL, dijo, tiene sus problemas con la presunta corrupción, “pero la oposición tampoco destaca en absoluto”.
“Se quejan mucho, pero no tienen del todo claro qué quieren hacer”, afirmó el hombre de 66 años.
A pesar de toda la apatía, la política en Japón ha estado avanzando a un ritmo rápido en los últimos meses.
Shigeru Ishiba asumió el cargo de primer ministro tras ser elegido por el partido gobernante después de que su predecesor Fumio Kishida, que estaba en el cargo desde 2021, tomara la sorprendente decisión de dimitir en agosto.
La decisión de convocar elecciones se produjo en un momento en que el PDL está desesperado por restaurar su imagen empañada ante el público. Ishiba, un político de larga trayectoria que anteriormente se desempeñó como ministro de Defensa, lo ha descrito como el “veredicto del pueblo”.
Una serie de escándalos han empañado la reputación del partido gobernante. El principal de ellos es la relación del partido con la controvertida Iglesia de la Unificación, descrita por los críticos como una “secta”, y el nivel de influencia que ésta tenía sobre los legisladores.
Luego se revelaron los escándalos de corrupción en la financiación política. Los fiscales japoneses han estado investigando a docenas de legisladores del PDL acusados de embolsarse dinero procedente de actos de recaudación de fondos políticos. Esas acusaciones, que ascienden a millones de dólares, llevaron a la disolución de facciones poderosas, la columna vertebral de la política interna del partido.
“En qué estado lamentable se encuentra el partido gobernante”, dijo Michiko Hamada, quien había viajado a la estación de Urawa, en las afueras de Tokio, para un mitin de campaña de la oposición.
“Eso es lo que más siento. Es evasión fiscal y es imperdonable”.
Le parece especialmente escandaloso en un momento en que la gente en Japón está luchando contra los altos precios. Los salarios no han cambiado en tres décadas –denominadas “los 30 años perdidos”–, pero los precios han aumentado al ritmo más rápido en casi medio siglo en los últimos dos años.
Este mes se produjeron más subidas de precios en miles de productos alimenticios, así como otros suministros de uso diario como correo, productos farmacéuticos, electricidad y gas.
“Pago 10.000 o 20.000 yenes (65-130 dólares; 50-100 libras esterlinas) más por la comida al mes (de lo que pagaba antes)”, dijo Hamada.
“Ya no compro las cosas que solía comprar. Estoy tratando de ahorrar, pero aún cuesta más. Cosas como la fruta son muy caras”.
No es la única preocupada por los altos precios. La jubilada Chie Shimizu dice que ahora debe trabajar a tiempo parcial para llegar a fin de mes.
