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Los Premios Nobel de 2025, otorgados en octubre y celebrados en diciembre, reconocieron contribuciones innovadoras en seis categorías. Estos premios no solo reconocen los logros individuales y colectivos, sino que también amplifican su influencia global, impulsando el progreso científico, los cambios en las políticas, la innovación económica y el discurso social.

Premio Nobel de Física
Galardonados: John M. Martinis (EE. UU.), Michel H. Devoret (Francia), John Clarke (Reino Unido).
Mención: Por el descubrimiento del efecto túnel macroscópico de la mecánica cuántica y la cuantificación de la energía en un circuito eléctrico.
Este trabajo demostró efectos cuánticos a escala humana, permitiendo la creación de “átomos artificiales” visibles a simple vista. Ha impulsado la “tercera revolución cuántica”, impulsando el avance de las computadoras cuánticas, los sensores, la criptografía y la comunicación.
Para 2035, estas tecnologías podrían generar entre 900 000 y 2 billones de dólares en valor económico, transformando industrias como la transmisión segura de datos y la medición de precisión.
El premio ha acelerado la inversión en tecnología cuántica; por ejemplo, gobiernos y empresas (p. ej., en EE. UU. y la UE) están ampliando sus presupuestos de I+D. También destaca los beneficios a largo plazo de la investigación impulsada por la curiosidad —décadas después de los experimentos iniciales—, al tiempo que plantea inquietudes éticas sobre el potencial de la computación cuántica para el cifrado o la vigilancia inquebrantables.
Galardonado con el premio, Martinis y Devoret, afiliados a instituciones de la UC, contribuyeron a un año récord para el mundo académico californiano.
La investigación en física básica sigue siendo esencial para los avances tecnológicos, lo que subraya que el control cuántico macroscópico no es solo teórico, sino que constituye la base para resolver problemas del mundo real, como la computación energéticamente eficiente.
Como señaló un físico, ejemplifica cómo «el apoyo a la investigación impulsada por la curiosidad conduce a un progreso que transforma el mundo».
Premio Nobel de Química
Galardonados: Omar M. Yaghi (EE. UU./Jordania), Susumu Kitagawa (Japón), Richard Robson (Australia/Reino Unido).
Mención: Por el desarrollo de estructuras metalorgánicas (MOF).
Las MOF son estructuras moleculares porosas que capturan gases de forma eficiente, captan agua del aire árido, almacenan toxinas y catalizan reacciones. Entre sus aplicaciones se incluyen la eliminación de dióxido de carbono para la mitigación del cambio climático, la desalinización en desiertos y un procesamiento químico más seguro, abordando directamente crisis ambientales como la escasez de agua y las emisiones.
Consecuencias: El premio ha impulsado la comercialización; el laboratorio de Yaghi en Berkeley, por ejemplo, colabora con industrias para la producción escalable de MOF.
Esto impulsa la financiación de la química verde, con el potencial de reducir las emisiones globales de CO2 en gigatoneladas. Sin embargo, los desafíos incluyen la escalabilidad de la producción de forma sostenible y el acceso equitativo en las regiones en desarrollo.
El futuro de la química reside en materiales de ingeniería que imitan la eficiencia de la naturaleza y ofrecen herramientas para combatir el cambio climático. Este premio reafirma que la innovación interdisciplinaria —que combina diseño y funcionalidad— puede convertir la ciencia abstracta en soluciones prácticas para las mayores amenazas de la humanidad.
Premio Nobel de Fisiología o Medicina
Galardonados: Mary E. Brunkow (EE. UU.), Fred Ramsdell (EE. UU.), Shimon Sakaguchi (Japón).
Mención: Por descubrimientos relacionados con la tolerancia inmunitaria periférica.
Su trabajo reveló cómo el sistema inmunitario evita atacar los propios tejidos del cuerpo, sentando las bases para terapias en enfermedades autoinmunes ( artritis reumatoide, esclerosis múltiple) e inmunoterapias contra el cáncer.
Ha hecho posible el desarrollo de fármacos dirigidos que “enseñan” la tolerancia del sistema inmunitario, mejorando los resultados de los pacientes en todo el mundo.
Las empresas biotecnológicas están acelerando tratamientos relacionados, con un aumento repentino de ensayos clínicos tras el anuncio.
Los vínculos de los galardonados estadounidenses con la UC destacan la excelencia institucional, pero los inminentes recortes a la financiación federal a los NIH) amenazan el progreso futuro, lo que podría paralizar generaciones de investigación.
A nivel mundial, promueve la equidad sanitaria inclusiva, especialmente en las zonas con mayor incidencia de enfermedades autoinmunes.
La investigación sobre la inmunotolerancia transforma la medicina de reactiva a preventiva, priorizando una “comunidad global” que transforma los conocimientos en medicamentos. Ante las amenazas a la financiación, advierte que la falta de inversión podría dañar irreparablemente los proyectos científicos.
Premio Nobel de Literatura
Laureado: László Krasznahorkai (Hungría).
Mención: Por su obra cautivadora y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte.
La prosa densa e hipnótica de Krasznahorkai, que explora el temor existencial y la resiliencia humana, ha influido en la literatura global, inspirando adaptaciones y traducciones que llegan a millones de personas. Eleva las voces de Europa Central, fomentando la empatía por temas de crisis y renovación.
Las ventas de sus obras (por ejemplo, Satantango) se dispararon un 300 % tras la concesión del premio, impulsando la industria editorial y las exportaciones culturales húngaras. También suscita debates sobre narrativas “apocalípticas” en una era de agitación climática y geopolítica, lo que podría influir en las políticas de preservación cultural.
La función del Nobel de Literatura es confrontar el caos con el arte, demostrando la fortaleza perdurable de la cultura. La victoria de Krasznahorkai señala un giro hacia obras que combinan el terror con la esperanza, recordándonos que el arte es una herramienta vital para la sanación social.
Premio Nobel de la Paz
Ganadora: María Corina Machado (Venezuela).
Mención: Por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos en Venezuela y su lucha por una transición pacífica de la dictadura a la democracia.
La labor de Machado ha visibilizado la crisis humanitaria venezolana, movilizando apoyo internacional para las elecciones y la ayuda humanitaria. Amplifica las voces disidentes, presionando a los regímenes mediante la diplomacia y los marcos de derechos humanos.
: El premio intensifica el escrutinio internacional sobre el gobierno de Maduro, con un posible alivio de las sanciones vinculado a las reformas. Se corre el riesgo de sufrir represalias —amenazas del exilio a Machado—, pero ha impulsado a la diáspora venezolana y a sus aliados (por ejemplo, EE. UU. y la UE). Entre los 338 nominados, subraya la vocación política de la paz.
Los premios de la paz a menudo catalizan el cambio al validar la resistencia no violenta, concluyendo que la defensa de la democracia requiere un activismo audaz y sostenido. En el contexto venezolano, presagia esperanza para la transición, pero advierte sobre los altos riesgos que implican las luchas autoritarias.
Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas
Galardonados: Joel Mokyr (EE. UU.), Philippe Aghion (Francia/Reino Unido), Peter Howitt (EE. UU.).
Mención: Por su investigación que ilustra el crecimiento económico sostenido mediante la innovación y la destrucción creativa.
Sus modelos explican cómo el progreso tecnológico y la “destrucción creativa” (reemplazar innovaciones antiguas por otras mejores) impulsan la prosperidad a largo plazo. Informa las políticas de inversión en I+D, educación y mercados, impulsando el crecimiento en economías estancadas.
Los bancos centrales (por ejemplo, el BCE) lo citan para sus estrategias de crecimiento, priorizando el papel de la ciencia sobre las soluciones a corto plazo. Contrarresta el populismo al demostrar que el crecimiento no es inevitable, lo que influye en los debates sobre la desigualdad y la regulación tecnológica.
Los marcos de los galardonados han dado forma al asesoramiento del FMI y el Banco Mundial. Conclusiones: El crecimiento sostenido exige fomentar ecosistemas de innovación, no complacencia.
La perspectiva histórico-cultural de Mokyr y las teorías de Aghion/Howitt demuestran que instituciones como los mercados abiertos y la educación son clave. Este premio insta a los responsables políticos a proteger el progreso para evitar el estancamiento.
Los Premios Nobel 2025 enfatizan colectivamente el papel de la innovación para abordar los desafíos existenciales: la tecnología cuántica para la seguridad, los MOF para la sostenibilidad, los conocimientos inmunológicos para la salud, la literatura para la resiliencia, el activismo para la justicia y la economía para la prosperidad.
Las consecuencias incluyen un aumento de la financiación (a pesar de los recortes de EE. UU.) y la colaboración global, pero también riesgos como las tensiones geopolíticas.
En definitiva, estos premios concluyen que el ingenio humano, cuando se recompensa y se le otorgan recursos, nos impulsa hacia un mundo más equitativo y avanzado, recordándonos, como pretendía Alfred Nobel, que debemos “beneficiar a la humanidad”. Las ceremonias del 10 de diciembre en Estocolmo y Oslo amplificarán aún más estos mensajes.

