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La Marcha del Pueblo, convocada por el partido Fuerza del Pueblo (FP) y encabezada por Leonel Fernández, presidente de la organización y expresidente de la República Dominicana (1996-2000, 2004-2012), se llevó a cabo este 30 de noviembre de 2025 en Santo Domingo.
Inició alrededor de las 10:00 a.m. en la intersección de las avenidas Albert Thomas y Nicolás de Ovando, en la zona norte del Distrito Nacional, y recorrió varios barrios clave como San Martín, Los Prados y Ensanche Espaillat, culminando en la Avenida México.
El evento atrajo a cientos, posiblemente miles de participantes, según reportes de medios locales y transmisiones en vivo, vestidos predominantemente de verde (el color de la FP), con un ambiente descrito como festivo y entusiasta, marcado por consignas, música y banderas.
El impacto principal fue político y simbólico, ya que sirvió como una demostración de fuerza de la oposición de cara a las elecciones de 2028, visibilizando el descontento popular con el gobierno del presidente Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Fernández, acompañado de su hijo, el senador Omar Fernández, y otros líderes como Franklin Labour (secretario de Gestión Operativa de la FP), enfatizó en consignas contra la “crisis de credibilidad” del gobierno, citando problemas estructurales como el clientelismo y la improvisación fiscal.
La marcha no generó incidentes mayores, aunque hubo alertas previas sobre posibles infiltraciones para desacreditarla, lo que no se materializó.
En redes sociales como X (Twitter), generó un alto volumen de interacciones en tiempo real, con videos y fotos que amplificaron su alcance, posicionando a Fernández como un líder opositor unificador.
Las consecuencias inmediatas y potenciales de la marcha se dividen en esferas políticas, sociales y económicas:
Refuerza la polarización entre la FP y el PRM. Críticos del gobierno, como Fernández, la usaron para atacar políticas como las retenciones salariales ilegales, la limitación de la cesantía laboral y el “narcoestado” alegado, acusando al PRM de “traicionar” promesas electorales.
Esto podría escalar tensiones en el Congreso, donde la FP busca impulsar reformas como la indexación salarial (ajuste de salarios a la inflación, previsto en el Código Tributario).
Con potencial electoral, debido a que muestra “músculos” para 2028, atrayendo a sectores vulnerables (comunidades de bajos ingresos en barrios periféricos). Sin embargo, opositores la tildaron de “caravana política disfrazada”, lo que podría alienar a votantes independientes.
Aumenta la visibilidad de reclamos cotidianos: alto costo de la canasta básica (con alzas en alimentos y combustibles), inseguridad (violencia urbana y narcotráfico), apagones frecuentes (como el de noviembre de 2025, atribuido a errores humanos), falta de agua potable y deterioro en salud y educación.
La marcha unió a organizaciones sociales, amplificando voces de afectados por huracanes como Melissa y la ralentización económica.
Aunque pacífica, alertas sobre provocadores podrían llevar a mayor vigilancia en futuras movilizaciones, impactando la libertad de expresión.
Presión sobre el gobierno: Exige como subsidios a combustibles (ya anunciados para la semana del 29 de noviembre al 5 de diciembre) y medidas de dinamización del gasto público (el presupuesto 2025 ascendió a 1.744 billones de pesos). Podría influir en debates sobre la meta de crecimiento económico (ralentizado en 2025) y alzas en commodities como cacao y café.
Disrupciones menores en el tráfico de Santo Domingo, pero sin informes de daños económicos significativo
La marcha de este 30 de noviembre representa un punto de inflexión en la oposición dominicana, consolidando a Leonel Fernández como figura central contra el gobierno de Abinader, en un contexto de “crisis simultáneas” (económica, de confianza y credibilidad) que él mismo denunció previamente.
Aunque no alteró el panorama gubernamental de inmediato, subraya la urgencia de abordar desigualdades persistentes, agravadas por eventos como el huracán Melissa y apagones crónicos.
Para la FP, fue un éxito en movilización, pero su efectividad dependerá de traducir el entusiasmo en políticas concretas. En última instancia, evidencia una sociedad civil activa que demanda responsabilidad, recordando que, como Fernández ha argumentado, “todos los problemas brotan simultáneamente” cuando la confianza se erosiona.
Si el gobierno responde con reformas ( indexación o mejoras en servicios), podría desescalar tensiones; de lo contrario, prevé más confrontaciones hacia 2028.
