El presidente ruso ha vinculado su supervivencia política a una confrontación continua con Estados Unidos y sus aliados.
Cuando Vladimir Putin envió al menos 19 drones a Polonia la semana pasada, el presidente ruso estaba transmitiendo un mensaje: no planea poner fin a su guerra contra Occidente en el corto plazo.
La incursión rusa en el espacio aéreo de la OTAN sigue a semanas de ataques aéreos en Ucrania que mataron a decenas de civiles, dañaron edificios que albergaban delegaciones de la UE y del Reino Unido y atacaron por primera vez un edificio gubernamental en el centro de Kiev.
Lejos de estar dispuesto a alcanzar un acuerdo de paz con Ucrania bajo la presión del presidente estadounidense Donald Trump, Putin ha vinculado su supervivencia política a un conflicto latente con Estados Unidos y sus aliados
«Putin es el presidente de la guerra», afirmó Nikolai Petrov, analista sénior del Centro de Nuevas Estrategias Euroasiáticas, con sede en Londres. «No tiene ningún interés en acabar con ella».
Tras haberse forjado como líder en tiempos de guerra, volver a ser presidente en tiempos de paz equivaldría a una degradación. «Sin importar las condiciones, no puede renunciar a ese papel», declaró Petrov.
Mientras el ataque a gran escala de Putin a Ucrania se acerca a su cuarto año, el presidente ruso posiblemente tenga más motivos para el optimismo desde los primeros días de la guerra, cuando el Kremlin esperaba capturar el país en cuestión de días.
Con las fuerzas ucranianas paralizadas por la falta de armas y personal, Rusia ha ido avanzando más profundamente en el país.
Pero el progreso de Moscú ha sido lento y costoso. Se estima que las fuerzas armadas del Kremlin han sufrido un millón de bajas y el conflicto ha afectado gravemente a la economía rusa, que amenaza con caer en recesión.
Sin embargo, políticamente, poner fin al conflicto conlleva riesgos.
El férreo control del Kremlin sobre los medios de comunicación e internet probablemente le permitiría presentar un acuerdo de paz a la mayoría de los rusos como una victoria. Pero no es eso lo que preocupará al presidente ruso.
Con la oposición liberal rusa diezmada, un pequeño pero activo grupo de nacionalistas representa ahora la mayor amenaza para su gobierno, afirmó Petrov. Y les ha prometido una victoria grandiosa, no solo sobre Ucrania, sino sobre lo que el Kremlin llama “el Occidente colectivo”.
“Existe un deseo entre los sectores más agresivos del establishment político-militar de destruir la OTAN”, declaró Alexander Baunov, exdiplomático ruso y actual investigador principal del Centro Carnegie Rusia Eurasia, al servicio ruso de DW. “Para demostrar que la OTAN no sirve para nada”.
Desde que Putin se reunió con Trump en Alaska el mes pasado en lo que el presidente estadounidense había promocionado como una cumbre dedicada a lograr un alto el fuego, Moscú ha intensificado su campaña de guerra híbrida contra Europa, según analistas militares.
Antes de la incursión del miércoles, drones rusos se habían aventurado repetidamente en el espacio aéreo polaco desde la vecina Bielorrusia, sobrevolando ciudades antes de regresar. En agosto, un dron ruso se estrelló a unos 100 kilómetros al suroeste de Varsovia.
Según WELT, una publicación hermana de POLITICO en el Grupo Axel Springer, cinco de los drones que cruzaron a Polonia estaban en una ruta de vuelo directa hacia una base de la OTAN antes de ser interceptados por aviones de combate holandeses Lockheed Martin F-35.
En un artículo de opinión publicado dos días antes de que los drones cruzaran a Polonia, Dmitry Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, acusó a Helsinki de planear un ataque, amenazando que cualquier asalto “podría conducir al colapso del Estado finlandés, de una vez por todas”.
Los analistas señalaron que la retórica del artículo se parecía a los argumentos del Kremlin antes de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022.
Moscú también ha comenzado a trasladar industrias vitales , como la construcción naval, al este del país, lejos de su frontera con la OTAN, señaló Petrov. El viernes, Rusia inició ejercicios militares a gran escala con Bielorrusia , incluso justo al otro lado de la frontera con Polonia. Se espera que los ejercicios concluyan el martes.
“Independientemente de lo que Putin logre en Ucrania, la confrontación con Occidente no terminará ahí; continuará de diversas formas”, afirmó Petrov. “Incluso en el ámbito militar”.
Con acciones como la incursión en Polonia, Putin está lanzando una advertencia a Trump y a los líderes europeos que están discutiendo garantías de seguridad para Kiev después de un posible acuerdo de paz, dijo Kirill Rogov, fundador del grupo de expertos Re:Russia .
“Putin demostró que puede atacar hoy a países de la OTAN y éstos no tienen sistemas de defensa establecidos”, afirmó.
Las señales contradictorias de Trump sobre su compromiso con la OTAN y su falta de voluntad para cumplir con sus propios plazos a la hora de imponer sanciones a Moscú le dan a Putin la confianza de que puede salirse con la suya.
Para el presidente ruso, “es ahora o nunca”, añadió Baunov.
Incursiones como la de Polonia tienen como objetivo socavar el compromiso de la alianza militar occidental con la defensa colectiva, con pequeñas ofensivas que ponen a prueba la voluntad de la OTAN de responder .
La esperanza, dijo Baunov, es revelar que la alianza militar es un tigre sin dientes.
Hasta ahora, la reacción de Washington ha alimentado esos temores.
El jueves, Trump se hizo eco de los argumentos de Moscú y dijo a los periodistas que “podría haber sido un error ”.
