El incidente de las dos fuertes explosiones en la estación San Joaquín de la Línea 5 del Metro de Santiago, reportado el 4 de septiembre de 2025, tuvo un impacto significativo en el sistema de transporte público y generó preocupación entre los usuarios.
: El Metro de Santiago suspendió el servicio en ocho estaciones de la Línea 5 (Rodrigo de Araya, Carlos Valdovinos, Camino Agrícola, San Joaquín, Pedrero, Mirador, Bellavista de La Florida y Vicente Valdés), dejando el trazado operativo solo entre Plaza de Maipú y Ñuble. Esto afectó a un número importante de pasajeros en el sector suroriente de la capital.
Videos y reportes de usuarios en redes sociales muestran escenas de evacuación masiva en la estación San Joaquín, con presencia de humo y fuego, lo que generó temor entre los pasajeros. La situación fue descrita como caótica, con usuarios reportando fuertes ruidos asociados a las explosiones.
El Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa desplegó ocho compañías para atender la emergencia. La intervención de bomberos y personal del Metro fue inmediata para controlar la situación y garantizar la seguridad de los pasajeros
Aunque no se han detallado daños estructurales específicos en la estación o los vagones, el incidente involucró una explosión en un tren, lo que sugiere posibles daños al material rodante.
La falla técnica, según Metro de Santiago, ocurrió en un vagón en la estación San Joaquín, pero no se ha confirmado oficialmente si hubo un incendio o la magnitud de los daños.
Impacto en los pasajeros: No se reportaron heridos directamente relacionados con las explosiones, pero la evacuación apresurada pudo haber generado contusiones o lesiones menores, como se ha visto en incidentes similares en el pasado (por ejemplo, en la explosión de Las Rejas en 2022). La interrupción del servicio afectó la movilidad de miles de usuarios en una de las líneas más concurridas de Santiago.
Este incidente se suma a una serie de eventos disruptivos en el Metro de Santiago, como los incendios durante el estallido social de 2019 y explosiones previas por fallas técnicas o atentados. Esto podría erosionar la confianza de los usuarios en la seguridad del sistema, especialmente considerando que el Metro de Santiago es uno de los más modernos y extensos de Latinoamérica.
Metro de Santiago atribuyó el incidente a una “falla técnica” en un tren, pero no se han proporcionado detalles específicos sobre la naturaleza de la falla o si las explosiones fueron causadas por un problema eléctrico, un banco de baterías (como en el caso de Las Rejas en 2022) u otro factor. La investigación está en curso, y las autoridades no han confirmado si el fuego reportado por usuarios fue un factor secundario o la causa principal.
Este evento resalta la importancia de reforzar los protocolos de mantenimiento y seguridad en el Metro de Santiago. Incidentes previos, como el descarrilamiento en Ñuble en 2019 o la explosión en Las Rejas en 2022, han mostrado vulnerabilidades en el sistema, como fallas en bancos de baterías o sistemas eléctricos.
La rápida intervención de bomberos y personal del Metro evitó consecuencias más graves, pero la falta de confirmación oficial sobre la presencia de fuego o la causa exacta de las explosiones generó incertidumbre entre los usuarios, quienes dependieron de reportes en redes sociales para informarse.
A diferencia de incidentes anteriores en el Metro de Santiago, como los atentados terroristas de 2014 o los incendios del estallido social de 2019, no hay indicios de que este evento esté relacionado con actos deliberados o protestas. Sin embargo, la magnitud de las explosiones y su impacto en el servicio recuerdan la vulnerabilidad del sistema frente a fallas técnicas o imprevistos
