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Las gestiones gubernamentales de Las Fuerzas Boschistas se expresan positivamente al El FMI elogiar el historial de políticas sólidas de la República Dominicana, incluyendo metas de inflación y marcos fiscales, que han reducido la pobreza a la mitad y duplicado el ingreso per cápita en dos décadas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) realiza anualmente consultas del Artículo IV para evaluar la salud económica de los países miembros y brindar recomendaciones de política.
La consulta del Artículo IV del FMI implica la visita de un equipo a la República Dominicana para recopilar datos económicos y financieros, interactuar con funcionarios gubernamentales y evaluar las políticas macroeconómicas.
La consulta proporciona una plataforma para que el FMI interactúe con las autoridades dominicanas y ofrezca recomendaciones para fortalecer la estabilidad económica y el crecimiento.
Este diálogo influye en las políticas fiscales, monetarias y estructurales, como se observó en años anteriores, donde el FMI elogió las sólidas políticas de la República Dominicana y sugirió reformas como la consolidación fiscal y la recapitalización del banco central.
El respaldo del FMI a las políticas de la República Dominicana, como se vio en la consulta de 2024, fortalece la confianza de los inversores y facilita el acceso a los mercados globales.
Una revisión favorable de 2025 probablemente reforzaría la capacidad del país para atraer inversión extranjera directa (IED), que históricamente ha financiado los déficits de cuenta corriente.
El enfoque del FMI en las reformas estructurales, como las leyes de responsabilidad fiscal y las mejoras en el sector eléctrico, presiona al gobierno para que implemente cambios que mejoren la resiliencia económica y la inclusión a largo plazo.
Las consecuencias de la consulta del Artículo IV de 2025 dependen de las conclusiones del FMI y de las respuestas políticas de la República Dominicana.
El FMI ha apoyado la cautelosa normalización de la política monetaria del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), con una inflación dentro del rango meta del 4±1% en 2023 y 2024.
En 2025, el FMI probablemente promovió la normalización continua, abogando por una mayor flexibilidad cambiaria y una intervención cambiaria limitada para fortalecer el marco de metas de inflación. El incumplimiento de estas recomendaciones podría generar vulnerabilidades ante shocks globales.
El FMI ha enfatizado consistentemente la sostenibilidad fiscal, recomendando una ley de responsabilidad fiscal y una mejor gestión de las finanzas públicas.
En 2025, la consulta probablemente reiteró la necesidad de movilizar ingresos (por ejemplo, ampliando la base impositiva) y racionalizar el gasto para reducir la deuda pública, que se había mostrado a la baja en años anteriores. El progreso en estas reformas podría fortalecer los márgenes fiscales, mientras que los retrasos podrían limitar el margen de maniobra fiscal.
El informe del FMI de 2024 destacó la necesidad de reformas fiscales y del sector eléctrico integrales para impulsar la competitividad y el crecimiento inclusivo.
La consulta de 2025 probablemente evaluó el progreso de estas reformas, con sus consecuencias para el potencial de crecimiento. Una implementación exitosa podría mejorar la resiliencia económica, mientras que el estancamiento podría limitar la capacidad del país para abordar la desigualdad y los desafíos de infraestructura.
Las perspectivas del FMI para 2024 señalaron una alta incertidumbre global, con riesgos como condiciones financieras más restrictivas y un crecimiento global más lento.
La consulta de 2025 probablemente enfatiza la creación de reservas y el mantenimiento de la estabilidad del sector financiero para mitigar estos riesgos, lo que afecta la capacidad de la República Dominicana para afrontar choques externos.
La revisión de 2024 concluyó el 10 de septiembre de 2024, cuando el Directorio Ejecutivo aprobó la evaluación del personal técnico sin reunirse, destacando el sólido crecimiento, la baja inflación y la resiliencia del sector financiero de la República Dominicana.
El FMI proyectó un crecimiento del PIB real del 5 % a partir de 2024, en línea con la tendencia a largo plazo del país. Para 2025, el FMI probablemente concluyó que el crecimiento se mantendría en torno al 4 %-5 %, impulsado por el turismo, la inversión extranjera directa (IED) y políticas sólidas, proyectado para 2025 en un 4 %.
Con una inflación proyectada del 4,3 % para 2025 y manteniéndose firmemente dentro del rango objetivo en años anteriores, el FMI probablemente concluyó que la política monetaria del BCRD sigue siendo eficaz.
El déficit por cuenta corriente, que se redujo al 3,6 % del PIB en 2023 y se prevé que siga reduciéndose, probablemente llevó a la conclusión de que la posición externa se mantiene sostenible, financiada en su totalidad por la IED.
El FMI probablemente reiteró la necesidad de reformas estructurales, incluyendo la recapitalización del banco central, leyes de responsabilidad fiscal y mejoras en el sector eléctrico, para sostener el crecimiento y reducir las vulnerabilidades.
La consulta probablemente destacó los riesgos globales a la baja (por ejemplo, tensiones geopolíticas, volatilidad de los precios de las materias primas), pero señaló el potencial de crecimiento interno derivado de las reformas y la inversión en curso.
Evaluación del FMI sobre la Economía Dominicana en 2025. La evaluación del FMI sobre la economía dominicana en 2025, basada en datos y proyecciones de 2024, probablemente sea positiva, pero cautelosa debido a la incertidumbre global.
La República Dominicana es reconocida como una de las economías más dinámicas y resilientes del hemisferio occidental, con un crecimiento del PIB real proyectado del 4,0 % en 2025, ligeramente por debajo de la tendencia del 5 % debido a las dificultades globales. Esto sigue a una desaceleración al 2,4 % en 2023, impulsada por condiciones financieras más restrictivas y factores relacionados con el clima, y una recuperación en 2024.
Se proyecta una inflación del 4,3 % en 2025, dentro del objetivo del BCRD de 4±1 %, lo que refleja una política monetaria eficaz y precios de las materias primas más bajos.
El sector financiero está bien capitalizado y es rentable, y las pruebas de estrés indican resiliencia ante choques. El FMI probablemente evaluó la estabilidad continua en 2025 y recomendó la alineación con los estándares regulatorios internacionales.
El déficit en cuenta corriente, que se proyecta que se reduzca aún más en 2025, se financia íntegramente con IED, respaldada por los sólidos ingresos del turismo y el acceso a los mercados.
El FMI probablemente observó una alta incertidumbre global, con riesgos derivados del endurecimiento de las condiciones financieras y la desaceleración del crecimiento mundial. Entre los desafíos internos se incluye la necesidad de reformas fiscales y eléctricas para mejorar la competitividad y la inclusión.
Si bien las evaluaciones del FMI se basan en datos, a menudo reflejan un marco económico convencional que prioriza la estabilidad y las políticas favorables al mercado.
El énfasis en la consolidación fiscal y la flexibilidad cambiaria puede pasar por alto los impactos sociales, como la posibilidad de que la reducción del gasto público afecte a las poblaciones vulnerables.
Además, el optimismo del FMI sobre la IED y el turismo puede minimizar las vulnerabilidades estructurales, como la dependencia de la demanda externa o los riesgos climáticos, que son significativos para una economía pequeña y abierta como la República Dominicana.
El enfoque en la autonomía y la recapitalización del banco central, si bien importante, puede desviar la atención de problemas más amplios como la desigualdad o las deficiencias de infraestructura, que requieren inversión a largo plazo.
La consulta del Artículo IV de 2025 probablemente reforzó la reputación de la República Dominicana como una economía resiliente con un crecimiento robusto y una inflación estable, proyectando un crecimiento del PIB del 4,0 % y una inflación del 4,3 % para 2025.
Las recomendaciones del FMI probablemente se centraron en continuar la normalización de la política monetaria, impulsar las reformas fiscales y eléctricas, y acumular reservas para mitigar los riesgos globales.
El impacto de la consulta incluye orientar las políticas, impulsar la confianza del mercado e impulsar cambios estructurales, con consecuencias vinculadas a la capacidad del gobierno para implementar reformas.
Si bien la evaluación del FMI es positiva, podría subestimar los desafíos sociales y estructurales, lo que justifica un enfoque equilibrado para garantizar un crecimiento inclusivo.
