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El 26 de julio de 2025, el vuelo AA3023 de American Airlines, un Boeing 737 MAX 8 con destino a Miami, sufrió un incendio en el tren de aterrizaje principal izquierdo durante el despegue del Aeropuerto Internacional de Denver (DEN).
El incidente provocó una evacuación de emergencia en la pista, donde los 173 pasajeros y seis tripulantes fueron evacuados sanos y salvos, aunque una persona sufrió lesiones leves.
El Departamento de Bomberos de Denver extinguió el incendio y la Administración Federal de Aviación (FAA) está investigando la causa, mientras que American Airlines realiza una revisión interna de mantenimiento.
La rápida evacuación no causó lesiones graves, y solo se reportó una lesión leve. Los pasajeros utilizaron toboganes de emergencia, y las publicaciones en redes sociales describieron una evacuación caótica pero controlada con columnas de humo saliendo de la aeronave.
Este incidente probablemente aumentó la ansiedad de los pasajeros, especialmente considerando los recientes incidentes de aviación, aunque los viajes aéreos siguen siendo estadísticamente seguros.
El Aeropuerto Internacional de Denver, un importante centro de operaciones con más de 78 millones de pasajeros en 2024, reanudó sus operaciones normales poco después de que se despejara la pista, demostrando la eficacia de sus protocolos de respuesta. El incidente causó interrupciones temporales, pero no retrasos significativos más allá del vuelo afectado.
Este incidente se produce tras un incidente ocurrido el 13 de marzo de 2025 en el DEN, que involucró a otro Boeing 737-800 de American Airlines, donde un incendio en un motor provocó 12 heridos leves durante la evacuación. La recurrencia de problemas técnicos en el DEN plantea interrogantes sobre los protocolos de mantenimiento y la resiliencia de la infraestructura, aunque no se ha establecido un vínculo directo entre los incidentes.
El incidente se suma a una serie de eventos de aviación de alto perfil en 2025, incluyendo una colisión aérea mortal en enero y un accidente de Delta Air Lines en Toronto. Estos eventos podrían minar aún más la confianza del público en los viajes aéreos, como lo han señalado los directores ejecutivos de American Airlines y Delta, que citan la reducción de la demanda de viajes en EE. UU. en medio de preocupaciones de seguridad.
La rápida respuesta de los servicios de emergencia de DEN y del Departamento de Bomberos de Denver pone de manifiesto la solidez de los protocolos de emergencia, garantizando la seguridad de los pasajeros a pesar de la gravedad del incendio.
La investigación de la FAA y la revisión de mantenimiento de American Airlines serán cruciales para determinar si el incendio del tren de aterrizaje se debió a una falla mecánica, un descuido en la supervisión del mantenimiento o factores externos. Los resultados preliminares podrían tardar 30 días, y un informe completo podría tardar un año.
El incidente pone de relieve los desafíos actuales en materia de seguridad aérea, en particular con los aviones Boeing, ya que el 737 MAX ha sido objeto de escrutinio en incidentes anteriores. Sin embargo, sin pruebas concluyentes, es prematuro atribuir problemas sistémicos a Boeing o American Airlines.
La percepción pública de la seguridad en los viajes aéreos podría seguir siendo puesta a prueba, pero los expertos enfatizan que volar sigue siendo uno de los medios de transporte más seguros. Es posible que la industria deba mejorar la comunicación para tranquilizar a los pasajeros y abordar las preocupaciones técnicas recurrentes.
La situación continúa bajo investigación, y las actualizaciones adicionales de la FAA y American Airlines aclararán la causa y las posibles medidas preventivas.

