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La adquisición del tercera base Ryan McMahon, procedente de los Rockies de Colorado, por parte de los Yankees de Nueva York el 25 de julio de 2025 atendió una necesidad crítica en la tercera base, pero el intercambio tiene implicaciones con matices para ambos equipos.
Los Yankees llenaron un hueco evidente en la tercera base, donde Oswald Peraza (promedio de bateo de .147, OPS de .645) y Jorbit Vivas (promedio de bateo de .164) tuvieron dificultades ofensivas.
McMahon, seleccionado al Juego de Estrellas en 2024, representa una mejora inmediata con su destreza defensiva y su potencial de poder, a pesar de un año ofensivo flojo (promedio de bateo de .217, 16 jonrones, OPS de .717 en 2025).
Su bate zurdo y su capacidad para batear con potencia (más de 20 jonrones en cada una de las últimas cinco temporadas completas) se alinean bien con el pequeño porche del jardín derecho del Yankee Stadium.
El desempeño reciente de McMahon (10 jonrones, OPS de .820 desde el 7 de junio de 2025) sugiere que está en racha, lo que podría traducirse en una contribución significativa para aspirar a los playoffs.
McMahon se encuentra entre los mejores tercera base defensivos, ubicándose en el percentil 91 con 4 outs por encima del promedio en 2025. Su trabajo con el guante soluciona las recientes dificultades defensivas de los Yankees (por ejemplo, cuatro errores en un partido contra Toronto). Esta estabilidad podría aumentar la confianza del lanzador y salvar carreras en momentos críticos.
El contrato de McMahon (aproximadamente $4.5 millones para 2025, $16 millones para 2026 y 2027) le otorga control del equipo hasta 2027, ofreciendo estabilidad en comparación con opciones de alquiler como Eugenio Suárez.
Sin embargo, el compromiso total de $36.2 millones es notable para un jugador con un OPS+ de 92 (8% por debajo del promedio de la liga) y una tasa de ponches del 31.7%, lo que genera dudas sobre su potencial ofensivo fuera del Coors Field.
Sus porcentajes de OPS fuera de casa (.589 OPS en 2025) son preocupantes, ya que 88 de sus 140 jonrones de carrera fueron en el Coors Field. Aun así, ejemplos históricos como el éxito de DJ LeMahieu después de los Rockies sugieren que McMahon podría adaptarse, especialmente con su velocidad de salida promedio de 94.0 mph (percentil 98).
El intercambio señala una decisión pragmática, priorizando la defensa y el control contractual de McMahon sobre el potencial ofensivo superior de Suárez (aunque su agencia libre es inminente). Esto preserva el capital de prospectos para posibles adquisiciones de lanzadores, una necesidad apremiante tras las lesiones de Clarke Schmidt y Gerrit Cole.
Al mover a Jazz Chisholm Jr. de vuelta a la segunda base, donde se siente más cómodo, los Yankees optimizan su alineación del cuadro interior.
Los Rockies recibieron dos prospectos de lanzadores: el zurdo Griffin Herring (el prospecto número 8 de los Yankees, con una efectividad de 1.71 en Clase A Baja y Clase A Alta) y el diestro Josh Grosz (el prospecto número 21, con una efectividad de 4.14 en Clase A Alta). Ninguno es de élite, pero ambos aportan profundidad a un sistema con escasez de lanzadores. La recta de Herring, de menos de 90 millas por hora, y su slider lo convierten en un abridor prometedor, mientras que Grosz se proyecta como un posible relevista.
Este regreso se alinea con la reconstrucción de Colorado, priorizando los brazos jóvenes en lugar de retener a un veterano de 30 años en un equipo último en la clasificación.
El traspaso de McMahon, un favorito de la afición y seleccionado en el draft de 2013, marca un cambio con respecto a la reticencia histórica de los Rockies a traspasar talento local en la fecha límite. Esto sugiere un reconocimiento de su precaria situación (en camino a una temporada históricamente mala) y una disposición a reconstruir activamente.
La operación libera $36.2 millones hasta 2027, lo que brinda flexibilidad financiera, aunque el pobre historial de desarrollo de jugadores de los Rockies plantea dudas sobre su capacidad para maximizar a Herring y Grosz.
Riesgo calculado por los Yankees: McMahon no es una adquisición espectacular, pero su defensa de élite y su potencial de poder lo convierten en una opción sensata para un equipo contendiente que necesita estabilidad en la tercera base.
Su alta tasa de ponches y sus estadísticas infladas en el Coors Field plantean riesgos, pero su reciente ascenso y sus métricas (tasa de bases por bolas en el percentil 89, velocidad del bate en el percentil 83) sugieren potencial. Los Yankees apuestan a un cambio de aires que le permita alcanzar su nivel All-Star de 2024.
El éxito del intercambio depende del ajuste ofensivo de McMahon fuera de Coors Field y de la capacidad de los Yankees para abordar las necesidades de pitcheo antes de la fecha límite del 31 de julio.
La decisión de Colorado de intercambiar a McMahon indica un cambio hacia la priorización de activos futuros sobre los apegos sentimentales. Los prospectos adquiridos no son decisivos, pero sientan las bases para una reconstrucción del pitcheo. El reto de los Rockies será desarrollar eficazmente a estos lanzadores, dado su historial deficiente.
El intercambio elimina a un tercera base de primer nivel de un mercado relativamente profundo (Suárez, Ke’Bryan Hayes y Ramón Urías permanecen), lo que obliga a equipos como los Cubs, Reds y Tigers a cambiar de estrategia. Esta temprana decisión de los Yankees les da la ventaja de centrarse en el pitcheo mientras sus competidores se esfuerzan.
Las publicaciones en X reflejan opiniones encontradas de los aficionados: los aficionados de los Yankees aprecian la defensa y el poder de McMahon, pero desconfían de su contrato y sus ponches, mientras que los aficionados de los Rockies ven el traspaso como un paso necesario a pesar de perder a un jugador favorito.
Para los Yankees, McMahon aporta estabilidad defensiva y potencial de poder en una posición de necesidad, y el control del equipo hasta 2027 lo convierte en una solución a largo plazo. Sin embargo, sus dificultades ofensivas y su dependencia del Coors Field plantean dudas sobre su potencial.
Para los Rockies, intercambiar a McMahon por lanzadores prospectos es un paso pragmático hacia la reconstrucción, aunque la modestia del retorno refleja su limitada influencia. Ambos equipos se benefician, pero el éxito final del traspaso depende del repunte ofensivo de McMahon y del desarrollo de los prospectos de Colorado.

