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Raúl de Molina, conocido como “El Gordo”, es un querido presentador de la televisión cubana y copresentador de El Gordo y la Flaca de Univisión.
Su salida temporal del programa a finales de mayo de 2025 para someterse a una paniculectomía (cirugía para extirpar el exceso de piel y grasa tras perder más de 50 kilos) tuvo importantes consecuencias tanto para él como para el programa.
La ausencia de Raúl de El Gordo y la Flaca durante casi dos meses, sumada a su falta de actividad en redes sociales, generó una gran preocupación entre los fans.
Su prolongada ausencia fue sin precedentes, ya que es una figura constante en el programa, lo que generó especulaciones sobre su salud y su posible retiro. Los fans expresaron su preocupación en redes sociales con comentarios como “¿Dónde estás, Raúl? Nos haces mucha falta”.
La ausencia de una figura tan carismática y central interrumpió la dinámica del programa, ya que el humor y la química de Raúl con su copresentadora Lili Estefan son clave para su atractivo.
Para mantener la continuidad del programa, presentadores invitados como Clarissa Molina y Dayanara Torres sustituyeron a Raúl. Si bien estas presentadoras fueron bien recibidas, los espectadores destacaron la presencia única de Raúl como irremplazable, destacando su papel crucial en el éxito del programa.
El programa continuó ofreciendo entretenimiento, pero la ausencia de la mitad de su icónico dúo provocó un cambio notable en la dinámica del programa, que los fans describieron como “algo aburrido” sin Raúl.
Los colegas de Raúl, incluyendo a Lili Estefan y la productora Mariela Cardona, hablaron públicamente sobre su ausencia para disipar los rumores. Estefan aseguró a los espectadores que Raúl se recuperaba bien, mientras que Cardona confirmó que la cirugía se debió a su salud, no a sus vacaciones. El impacto emocional fue evidente, y los colegas expresaron alivio tras su regreso.
Raúl se sometió a una paniculectomía para corregir el exceso de piel y grasa que le causaba molestias durante actividades como nadar y hacer ejercicio tras una pérdida de peso significativa.
La cirugía, que inicialmente se esperaba que fuera de rutina, provocó complicaciones graves, incluyendo una hemorragia interna causada por medicamentos antiinflamatorios que afectaban la coagulación sanguínea. Esto requirió una segunda cirugía para prevenir la sepsis, una transfusión de sangre y hospitalización.
Su recuperación se complicó aún más cuando su herida se reabrió parcialmente, requiriendo atención médica diaria y sesiones de cámara hiperbárica. La familia de Raúl, en particular su esposa, Mily, y su hija, Mía, desempeñaron un papel crucial en su recuperación. Mía llamó al 911 cuando se desmayó y Mily actuó como su principal cuidadora.
La sincera revelación de Raúl sobre su terrible experiencia de salud, compartida en redes sociales el 21 de junio de 2025 y detallada en El Gordo y la Flaca a su regreso, tuvo un profundo impacto en su audiencia.
Su transparencia sobre los riesgos de la cirugía y la importancia de consultar con cirujanos antes de tomar medicamentos (por ejemplo, antiinflamatorios) sirvió como advertencia para otros.
Su experiencia puso de relieve las presiones que enfrentan las figuras públicas cuando sus problemas de salud personales se hacen públicos, así como los riesgos asociados incluso con los procedimientos médicos rutinarios.
La ausencia de Raúl coincidió con cambios más amplios en Televisa Univisión, incluyendo reducciones de personal que afectaron a su colega Elizabeth Curiel.
Este contexto amplificó las preocupaciones sobre el futuro del programa, con rumores sobre su posible cancelación después de 26 años.
La emotiva despedida de Curiel, sumada a la ausencia de Raúl por motivos de salud, subrayó los desafíos de mantener la continuidad en un panorama mediático cambiante. Sin embargo, el regreso de Raúl ayudó a estabilizar la dinámica del programa y reafirmó a los espectadores su relevancia.
Raúl regresó a El Gordo y la Flaca el 14 de julio de 2025 con un físico transformado, tras haber perdido 7 kilos de piel y grasa tras la cirugía. Su regreso fue recibido con aplausos, abrazos y bromas de Lili Estefan, reflejando la calidez y el humor característicos del programa.
Fans y colegas, como Clarissa Molina y Rodner Figueroa, expresaron alegría y alivio con comentarios como: “Te extrañamos mucho, Rauli. Nos vemos el lunes”.
Su regreso disipó los rumores de retiro, y Raúl afirmó con humor “¡Hay Gordo para rato!”, lo que demuestra su compromiso con el programa.
La trayectoria de salud de Raúl, incluyendo su importante pérdida de peso y su recuperación de complicaciones, resaltó su resiliencia.
Su franqueza sobre desafíos de salud pasados, como sobrevivir al cáncer de riñón en 2005 y controlar su peso, fortaleció aún más su vínculo con los espectadores, quienes admiran su vulnerabilidad y determinación.
Su historia sirve de inspiración para la comunidad hispana, particularmente para crear conciencia sobre problemas de salud como la obesidad, el riesgo de diabetes y la enfermedad renal, en consonancia con su trabajo de defensa con organizaciones como la Fundación Nacional del Riñón.
El regreso de Raúl reafirmó el atractivo de El Gordo y la Flaca, un programa imprescindible durante más de 26 años gracias a la dinámica entre Raúl y Lili Estefan.
La capacidad del programa para sobrellevar su ausencia y mantener su audiencia destaca su importancia cultural y su adaptabilidad.
Sin embargo, los cambios constantes en la industria, como los despidos en Televisa Univisión, sugieren que el programa debe seguir evolucionando para mantener su dominio en la televisión hispana.
La salida de Raúl de Molina de El Gordo y la Flaca para someterse a una cirugía tuvo un profundo impacto, generando preocupación entre los fans y poniendo de relieve la dependencia del programa de su carismática presencia.
Las consecuencias de sus complicaciones de salud pusieron de relieve los riesgos de los procedimientos médicos y la importancia del apoyo familiar, mientras que su regreso demostró su resiliencia y reafirmó su compromiso con el programa.
El episodio subraya el delicado equilibrio entre la salud personal y la vida pública de las celebridades, así como la conexión duradera que Raúl tiene con su público.
Su recuperación y regreso no solo calmaron los rumores, sino que también fortalecieron su legado como una figura influyente y cercana en los medios hispanos

