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Las declaraciones del presidente dominicano Luis Abinader, emitidas el 9 de julio de 2025, en las que advirtió a los precandidatos presidenciales del Partido Revolucionario Moderno (PRM) que deben renunciar a sus cargos públicos si desean hacer campaña para las elecciones de 2028, han generado un impacto significativo en el ámbito político de la República Dominicana.

Luis Abinader reafirmó su compromiso con la transparencia y la institucionalidad, enviando un mensaje claro de que no tolerará el uso de recursos públicos para fines proselitistas.
Esta postura busca diferenciar su gestión de prácticas históricas en las que las instituciones públicas eran utilizadas como plataformas políticas, promoviendo una cultura de responsabilidad y ética en la administración pública.
La Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) saludó estas declaraciones, considerándolas un paso positivo para garantizar equidad, eficiencia y efectividad en el gobierno, al evitar que los funcionarios descuiden sus responsabilidades por actividades de campaña.
Las advertencias de Abinader colocan a los precandidatos en una posición delicada, especialmente a figuras prominentes como la vicepresidenta Raquel Peña, el ministro de Turismo David Collado, el director de Aduanas Yayo Sanz Lovatón, el ministro de Industria Ito Bisonó, el presidente de la Liga Municipal Dominicana Víctor D’Aza, y el director de INAPA Wellington Arnaud, quienes han sido mencionados como posibles aspirantes.
La exigencia de renunciar a sus cargos podría generar tensiones internas dentro del PRM, ya que algunos podrían optar por aplazar sus aspiraciones para mantener sus posiciones actuales.
La declaración también responde a movimientos políticos anticipados dentro del PRM, donde algunos funcionarios ya estarían posicionándose para las elecciones de 2028, lo que podría haber motivado la intervención pública de Abinader para frenar estas actividades prematuras.
Las declaraciones refuerzan la imagen de Abinader como un líder comprometido con la lucha contra la corrupción y el uso indebido de los recursos del Estado, un pilar central de su discurso político desde su campaña de 2020.
Esta postura podría consolidar la confianza de la ciudadanía en su administración, especialmente en un contexto donde la transparencia es un valor demandado por la población.
Sin embargo, algunos analistas, como el periodista José Miguel Carrión, han cuestionado la viabilidad de estas advertencias, señalando que es difícil garantizar que los precandidatos no utilicen recursos públicos de manera indirecta o descuiden sus funciones.
Dirigentes del PRM, como Roberto Fulcar, presidente de la Comisión Nacional de Estrategia, y Tomás Hernández Alberto, han respaldado la decisión, destacándola como un paso hacia una gestión más responsable y transparente.
Por otro lado, sectores opositores, como Roberto Rosario Márquez de la Fuerza del Pueblo, han acusado a Abinader de permitir un proselitismo anticipado dentro del PRM, sugiriendo que estas declaraciones podrían ser una reacción tardía a una campaña interna que ya estaba en marcha. Esta crítica podría avivar el debate sobre la efectividad de las medidas propuestas por el presidente.
Las declaraciones de Abinader han puesto en el centro del debate la necesidad de regulaciones más claras sobre el proselitismo político.
Finjus, por ejemplo, señaló que la legislación electoral establece que las campañas internas deben iniciarse formalmente en 2027, y cualquier actividad previa podría considerarse campaña a destiempo, lo que refuerza la advertencia del presidente.
José Ignacio Paliza, ministro de la Presidencia, ha propuesto modificar la ley electoral para establecer reglas más claras y equitativas, lo que podría ser una consecuencia directa de este contexto político.
Las declaraciones de Abinader representan un intento de consolidar un modelo de gobernanza basado en la transparencia y la separación entre los intereses políticos personales y las responsabilidades públicas. Esto podría sentar un precedente importante para futuras administraciones, promoviendo una cultura política más ética en la República Dominicana.
La advertencia podría generar tensiones internas dentro del PRM, ya que los precandidatos deberán decidir entre mantener sus cargos o lanzarse a la contienda electoral. Esto podría fragmentar la cohesión del partido, especialmente si figuras clave como Raquel Peña o David Collado deciden no renunciar, lo que podría limitar la competencia interna.
Aunque faltan más de dos años para las elecciones de 2028, las declaraciones de Abinader han marcado el inicio de una etapa de definición dentro del PRM.
La exigencia de renuncias podría desalentar el proselitismo prematuro, pero también podría incentivar a algunos precandidatos a organizarse fuera del gobierno, lo que podría darles una ventaja en términos de tiempo y planificación.
Las acusaciones de la oposición, como las de Roberto Rosario, sugieren que Abinader podría estar reaccionando a críticas sobre un supuesto proselitismo anticipado dentro de su partido. Estas declaraciones podrían ser una estrategia para desmarcarse de esas críticas y reafirmar su compromiso con la legalidad y la transparencia.
La efectividad de estas advertencias dependerá de la capacidad de Abinader para hacer cumplir su mandato. Finjus y otros actores han instado al presidente a solicitar la renuncia de aquellos funcionarios que persistan en actividades proselitistas, lo que pondrá a prueba su autoridad y compromiso con esta postura.
Las declaraciones de Abinader reflejan un esfuerzo por mantener la integridad de su gobierno y evitar el uso indebido de los recursos públicos en un contexto de creciente actividad política dentro del PRM.
Sin embargo, el impacto real dependerá de cómo se implementen estas medidas y de las decisiones que tomen los precandidatos en los próximos meses. La ciudadanía y los actores políticos estarán atentos para garantizar que estas advertencias se traduzcan en acciones concretas.

