Cuando Donald Trump envió bombarderos estadounidenses para atacar instalaciones nucleares en Irán el fin de semana pasado, creyó que podía ayudar a su aliado, Israel, a socavar el programa nuclear de Teherán y al mismo tiempo cumplir su promesa de larga data de evitar involucrarse en una guerra prolongada.
Reuters escribió el martes que sólo unos días después, el sorpresivo anuncio del presidente estadounidense, sobre un acuerdo de alto el fuego entre Irán e Israel sugiere que puede haber llevado a los gobernantes de Teherán de nuevo a la mesa de negociaciones con el bombardeo.
Pero al mismo tiempo, una larga lista de grandes preguntas siguen sin respuesta, incluyendo si un cese del fuego puede realmente implementarse y mantenerse entre los dos enemigos de larga data, cuyo “conflicto en las sombras” de años de duración ha escalado hasta convertirse en una guerra aérea e intercambios de ataques en el territorio del otro en los últimos 12 días
Los términos acordados entre ambas partes, que no fueron anunciados en la apasionada publicación en redes sociales de Trump sobre un “alto el fuego completo y total”, tampoco están claros.
No está claro si Washington y Teherán reanudarán las fallidas conversaciones nucleares y el destino de las reservas de uranio enriquecido de Irán, que muchos expertos creen que sobrevivieron a los ataques aéreos estadounidenses e israelíes.
“Los israelíes han logrado muchos de sus objetivos… e Irán buscaba una salida. Estados Unidos espera que este sea el principio del fin. El desafío es si existe una estrategia clara para continuar por este camino”, declaró Jonathan Panikoff, ex oficial de inteligencia estadounidense para asuntos de Oriente Medio.
Reuters escribió que a pesar de las crecientes esperanzas de un fin del conflicto que ha suscitado temores de una guerra más amplia en la región, todavía quedan dudas sobre lo que realmente se acordó.
Por otra parte, el ejército israelí anunció que el martes por la mañana se dispararon misiles desde Irán hacia Israel.
Cinco personas murieron en un ataque con cohetes contra un edificio en Beersheba, según los servicios médicos de emergencia de Israel.
Poco después, Trump anunció que el alto el fuego entre Irán e Israel estaba “ahora en vigor” e instó a ambos países a no violarlo.
Aunque un funcionario iraní había confirmado previamente que Teherán había aceptado el alto el fuego, Abbas Araqchi, el ministro de Relaciones Exteriores de la República Islámica, anunció que no habrá alto el fuego hasta que Israel detenga sus ataques.
Paz a través de la fuerza
Trump y sus leales presentaron la situación actual como un logro histórico de una política exterior que llaman “paz a través de la fuerza”.
Trump había confirmado la evaluación de Israel de que Teherán estaba cerca de construir un arma nuclear, algo que Teherán ha negado constantemente.
Las agencias de inteligencia estadounidenses anunciaron a principios de este año que el gobierno iraní no estaba desarrollando armas nucleares.
Una fuente familiarizada con los informes de inteligencia estadounidenses también dijo a Reuters que esta evaluación permanece sin cambios
El anuncio de Trump se produjo apenas horas después de que la República Islámica disparara misiles contra una base aérea estadounidense en Qatar en respuesta al lanzamiento por parte de Estados Unidos de bombas antibúnkeres de 30.000 libras sobre sus instalaciones nucleares subterráneas durante el fin de semana, un ataque que no causó víctimas ni daños mayores.
Según fuentes bien informadas, funcionarios de la administración Trump consideraron la respuesta de Teherán el lunes como “calculada” y destinada a evitar una mayor escalada de tensiones con Estados Unidos
Trump pidió negociaciones entre la República Islámica e Israel, y un alto funcionario de la Casa Blanca dijo que Israel había aceptado un alto el fuego, siempre que Irán no llevara a cabo nuevos ataques.
El funcionario, que habló bajo condición de anonimato, dijo que Teherán también ha señalado que no llevará a cabo más ataques.
Agregó que Trump ha hablado directamente con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y que el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, el secretario de Estado, Marco Rubio, y el enviado especial de Estados Unidos para Medio Oriente, Steve Whitakoff, también han estado involucrados en comunicaciones directas e indirectas con Teherán.
Doha también ha desempeñado un papel en el establecimiento de contactos con funcionarios iraníes.
El funcionario de la Casa Blanca dijo que Teherán aceptó el alto el fuego debido a su “extrema debilidad”.
Las fuerzas iraníes fueron blanco de ataques de Israel durante varios días, bombardeando instalaciones militares y nucleares, y algunos funcionarios del programa nuclear de la República Islámica y destacados comandantes de seguridad también fueron asesinados o fueron blanco de asesinato
Trump también ha hablado públicamente en los últimos días sobre la posibilidad de un “”cambio de régimen” en Irán
Antes de su anuncio, tres funcionarios israelíes habían dicho que el gobierno del país tiene la intención de poner fin pronto a sus operaciones en Irán y se lo ha transmitido a Washington, pero su realización dependerá en gran medida del comportamiento de Teherán.
Reuters citó a Laura Blumenfeld, experta en Oriente Medio, diciendo: “Ahora que Trump ha declarado que ‘la paz está hecha’, será difícil para Netanyahu oponerse públicamente a él”.
La gran apuesta de Trump
La decisión sin precedentes de Trump de bombardear las instalaciones nucleares en Irán fue una acción que había prometido evitar durante mucho tiempo (una intervención militar en una guerra extranjera importante).
Según Reuters, en la mayor y quizás más arriesgada decisión de política exterior de su presidencia, Trump no solo apostó por la destrucción del sitio clave de Fordow en Irán, sino que también esperaba que la respuesta de Irán fuera limitada: “Algunos temían que Teherán respondiera cerrando el Estrecho de Ormuz -la ruta de tránsito de petróleo más importante del mundo-, atacando numerosas bases militares estadounidenses en la región y activando sus fuerzas subsidiarias contra los intereses estadounidenses e israelíes en todo el mundo”.
Si Trump logra sofocar el conflicto entre la República Islámica e Israel, podría reducir la ola de críticas de los demócratas del Congreso y también apaciguar a su base republicana antiintervencionista , que ve los bombardeos como contrarios a las promesas de campaña de Trump.
Este éxito también podría permitirle volver a centrarse en las prioridades de política interna, como la deportación de inmigrantes indocumentados y el inicio de guerras comerciales con sus socios comerciales.
Sin embargo, Trump y su equipo no podrán ignorar a Teherán y las preguntas que aún quedan al respecto.
“¿Durará el alto el fuego? Sí, los iraníes lo necesitan, y los israelíes han logrado en gran medida sus objetivos en la lista de las Fuerzas de Defensa de Israel”, dijo Dennis Ross, exnegociador para Oriente Medio en gobiernos republicanos y demócratas.
Pero persisten obstáculos: «Irán se ha visto gravemente debilitado, pero ¿qué pasará con sus programas nucleares y de misiles balísticos? ¿Qué pasará con sus reservas de uranio altamente enriquecido? Se necesitan negociaciones, y resolver estos problemas no será fácil»
