Pablo Adams, BBC
Por razones obvias, nunca se ha explicado en detalle la importancia precisa de la inteligencia estadounidense en el esfuerzo bélico de Ucrania.
Pero la mayoría de los analistas coinciden en que cumple dos funciones importantes: ayudar a Ucrania a planificar operaciones ofensivas contra las fuerzas rusas y dar a Kiev una vital advertencia anticipada sobre las amenazas que plantean los drones y misiles rusos que se aproximan.
La información satelital y las interceptaciones de señales proporcionan a las fuerzas ucranianas en el frente una idea de dónde están las fuerzas rusas, sus movimientos y sus posibles intenciones.
Sin la inteligencia estadounidense, Ucrania no podrá hacer un uso tan efectivo de las armas occidentales de largo alcance, como los lanzadores Himars de fabricación estadounidense o los misiles Stormshadow suministrados por Gran Bretaña y Francia.
Además de las aplicaciones militares, el flujo constante de información en tiempo real proporcionada por Washington también ha proporcionado al ejército de Ucrania, a la infraestructura nacional crítica y a la población civil información valiosa y anticipada sobre las amenazas entrantes.
Las sirenas de ataque aéreo y las alertas de los teléfonos móviles de Ucrania están informadas, en mayor o menor medida, por los datos de alerta temprana proporcionados por los satélites estadounidenses, que pueden detectar aeronaves y lanzamientos de misiles en el interior del territorio ruso.
Cualquier interrupción prolongada en el suministro de inteligencia estadounidense podría tener un impacto catastrófico en la capacidad de Ucrania para defenderse, en particular porque la administración Trump ya ha decidido suspender la vital asistencia militar.
Hace unos meses, Ucrania esperaba que el suministro de defensas aéreas adicionales (en especial el sistema de defensa contra misiles Patriot, de fabricación estadounidense) le permitiría ampliar la protección a un mayor número de objetivos potenciales, incluidas ciudades y centrales eléctricas en todo el país.
Pero ahora el suministro de misiles Patriot a Ucrania se está agotando. Las últimas promesas europeas de proporcionar sistemas de corto y mediano alcance ayudarán a contrarrestar algunas amenazas, pero no contra los misiles balísticos hipersónicos más peligrosos de Rusia.
Está claro que Estados Unidos está utilizando la retención de asistencia militar e inteligencia como otra palanca diplomática (poco convincente).
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Mike Waltz, dijo que la asistencia militar a Ucrania podría reanudarse si Ucrania acepta participar en los esfuerzos diplomáticos liderados por Estados Unidos.
“Creo que si podemos concretar estas negociaciones y avanzar hacia ellas… entonces el presidente considerará seriamente levantar esta pausa”, dijo a Fox News.
El director de la CIA, John Ratcliffe, dijo a Fox Business que la pausa “desaparecerá”.
Pero está claro qué quiere la Casa Blanca a cambio del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.

